Nadie es juez de nadie

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Queridos/as lectores/as. Hoy no tenia yo muchas ganas de escribir. A veces sucede eso; pero por un casual me encontré con algo que me hizo digitar estas letras.

¿Cuantas veces nos enfadamos porque alguien ha cometido un fallo? ¿cuanta veces juzgamos lo que alguien ha hecho sin escuchar sus argumentos? ¿cuantas veces nos hacemos fiscales y jueces?…y ¿cuantas veces, pasado el tiempo? nos damos cuenta de que nos hemos equivocado, de que por nuestra ceguera no hemos ayudado a nuestro amigo cuando más lo necesitada. Esta entrada va sobre ello. Espero que os haga pensar, porque de eso se trata.

Voy a poneros unos textos bíblicos y luego, justo después, un comentario sobre los mismos. Os pido que lo leáis con calma y tratéis de pensar quien puede haber escrito esto. Quizás, cuando os lo revele más abajo os sorprenda un poco

1. ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano? Le perdonaréis no siete veces, sino setenta veces siete veces

No juzguéis, para que no seáis juzgados; porque seréis juzgados según hubiereis juzgado a los otros; y se usará con vosotros la misma medida que hayáis usado con ellos. (SanMateo, cap. VII, v. 1, 2).

2. Entonces los escribas y los fariseos le llevaron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio, y la pusieron en pie en medio del pueblo, diciendo a Jesús: Maestro, esta mujer acaba de ser sorprendida en adulterio y Moisés nos mandó, en la ley, apedrear las adúlteras. Sobre esto, ¿cuál es vuestro parecer?

Y esto lo decían tentándole para poderle acusar. Mas Jesús, inclinado escribía con el dedo en tierra. Como continuaron interrogándolo, se enderezó y les dijo: El que de vosotros, esté sin pecado, que le arroje la primera piedra. Después, inclinándose de nuevo, continuó escribiendo en la tierra. Pero ellos, oyéndole hablar así, se retiraron uno después de otro, y los más ancianos los primeros; y así, quedó sólo con la mujer, que estaba en medio de la plaza.

Entonces, enderezándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿en dónde están vuestros acusadores? ¿Ninguno os condenó? Dijo ella: ninguno, Señor. Jesús le respondió: ni yo tampoco os condenaré. Id, y en el futuro no pequéis más. (San Juan, cap. VIII, v. del 3 al 11).

3.»El que estuviere sin pecado, que le arroje la primera piedra», dijo Jesús. Esta máxima hace un deber de la indulgencia, porque no hay nadie que no tenga necesidad de ella para sí mismo.Jesús no podía prohibir que se censurase el mal, puesto que él mismo nos dio el ejemplo, y lo hizo en términos enérgicos; pero quiso decir que la autoridad de la censura está en razón de la autoridad moral del que la pronuncia; hacerse culpable de lo que se condena en otro es abdicar esta autoridad; es, además, apropiarse el derecho de represión. La conciencia íntima, por lo demás, niega todo respeto y toda sumisión voluntaria al que estando investido de algún poder, viola las leyes, y los principios que está encargado de aplicar. No hay autoridad legítima a los ojos de Dios, sino aquella que se apoya en el ejemplo que da del bien; esto es lo que resalta igualmente de las palabras de Jesús.

Ella nos enseña que no debemos juzgar a los otros más severamente de lo que nos juzgaríamos a nosotros mismos, ni condenar en otro lo que en nosotros disculpamos. Antes de censurar una falta a alguien, veamos si la misma reprobación no puede recaer sobre nosotros.

La censura lanzada sobre la conducta de otro puede tener dos motivos: reprimir el mal o desacreditar a la persona cuyos actos se critican; este último motivo no tiene nunca excusa, porque es maledicencia y maldad. Lo primero puede ser laudable, y es un deber en ciertos casos, porque de ello debe resultar un bien, y porque sin esto el mal nunca se reprimiría en la sociedad; además, ¿no debe el hombre ayudar el progreso de su semejante? Así, pues, no sería preciso, tomar en el sentido absoluto este principio: «No juzguéis si no queréis ser juzgados», porque la letra mata y el espíritu vivifica.

¿Os sorprende que publique esto? ¿Creéis que esto es Católico?. Pues es cierto en el contenido de las historias referentes a Jesús, pero no en el resto; el texto que os he puesto está sacado de uno de los libros que menos estáis pensando. Se trata de un extracto del libro «El evangelio según el espiritismo» de Allan Kardec. Esto, además de haceros pensar sobre si debéis o no juzgar a los demás, os debería hacer pensar sobre el verdadero espíritu de las enseñanzas espiritas que, lejos de ser unos charlatanes que se aprovechan de muchos, forman una filosofía de vida muy interesante.

Como siempre, no juzguemos anticipadamente a nadie y sobre todo, no juzguemos a los verdaderos espiritistas por lo que unos aprovechados, en su nombre, han hecho.

Esto es todo por hoy. Y, como siempre les digo: Investiguen y aprendan, no den nada por definitivo, es la única manera de alcanzar la Luz.

8 comentarios

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  1. Hola, que tal, espero la pasen bien, es interesante sus comentarios muy iluminadores, gracias por escribir para los que podremos encontrar la luz interior en tu letras.
    muy agradecida
    tu amiga.

    1. Hola Mirna, gracias a ti por leer y, sobre todo, por comentar. Nada de lo escrito aquí tendría sentido sin que la gente entrase a leer y aguantar a este pobre y loco escritor. El blog no es mio, es vuestro, sin vosotros no tendría razón de existir.

      Un saludo

    • Víctor Ruano Regueiro el 25 marzo 2011 a las 13:41
    • Responder

    Gracias Mario por los enlaces que me mandaste. Abrazos Víctor

    1. No hay de que, ha sido un placer y mucho más el ver que has llegado y comentado.
      Un abrazo

    • jessica el 13 diciembre 2011 a las 04:02
    • Responder

    Siempre es grato saber que existe un lugar donde encontrar lecturas interesantes , y saber que existen locos escritores que comparten sus locuras , saludos desde Chile . muy buena pag.

    1. Siempre habrá «locos» escritores mientras existan «locos » lectores dispuestos a leer los escritos y a comentarlos. 🙂

      Gracias por tu comentario Jessica.

    • Mirna el 15 diciembre 2011 a las 20:49
    • Responder

    Hola Mario Lopez
    Gracias por compartir parte de su sabiduría y talento con sus escrito disfrutamos de  gratos conocimiento. 
    Cordiales saludos
     

    1. Gracias a tu por leer las entradas. Es todo un honor saber que a alguien le interesan.

      Un abrazo

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