Ciencia hermética – Los siete principios herméticos (5 de 8) – Polaridad

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polaridad

Todo es dual; todo tiene polos; todo tiene su par de opuestos; semejante y desemejante son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se encuentran; todas las verdades no son sino medias verdades; todos las paradojas pueden ser reconciliadas

Si existe un principio hermético claramente identificable en el simbolismo masónico ese es el de polaridad. Ya en el grado de aprendiz se nos dice que el hombre es un ser dual que precisa de la comparación para poder interpretar el mundo que habita. Sin la dualidad, sin el dos, el hombre está perdido. Conocemos la luz porque la comparamos con la oscuridad; lo blanco se compara con lo negro; lo bueno con lo malo… y así vemos que todo tiene dos polos, todo tiene su opuesto.

Debido a ello, el hombre (masculino) tiene su opuesto en el hombre (femenino) al que denominamos mujer. He empleado hombre masculino y hombre femenino intencionadamente porque el hombre es un mismo ser que posee dos manifestaciones físicas opuestas (masculina y femenina – hombre y mujer) idénticos en su naturaleza pero diferentes en grado.

Hombre y mujer son semejantes con vibraciones diferentes de acuerdo con lo ya explicado en el principio de vibración (véase la entrega anterior); como ya vamos viendo, todos los principios interactúan entre ellos. Voy  a dar aquí otra muestra muy simple de esta interactividad, el principio de polaridad es vital para que se cumpla el principio de generación; para poder llegar al tres es preciso, es indispensable, el dos; solo el Uno, el TODO, puede generar por si solo el dos.

El principio de polaridad nos dice que “los opuestos son iguales en naturaleza, pero diferentes en grado” y “que los extremos se encuentran”.

La primera parte ya la hemos medio explicado al hablar del ser humano; pero pongamos un ejemplo mucho más claro basado en nuestra época estudiantil. Un objeto cualquiera puede estar caliente o frio; pero ¿Qué es calor? ¿Qué es frio? Un objeto a 40º decimos que está caliente pero si lo comparamos con otro a 100º pasará a estar frio. Podemos afirmar que decir que está caliente es una “media verdad”; al igual que lo es afirmar que está frio. El mismo principio de polaridad no lo dice también al indicar que “todas las verdades no son sino medias verdades”.

Calor y frio son opuestos pero son lo mismo en naturaleza. Podemos pasar de un a otro cambiando el grado, cambiando la vibración. Entre dos puntos cualesquiera en la escala existen infinitos grados intermedios que estarán fríos y calientes al “mismo tiempo”; es la paradoja de la vida material, del mundo habitado por los humanos, donde una misma cosa, todas las cosas realmente, pueden ser, y de hecho son, opuestos a la vez.

No existe un lugar, por lo tanto, donde empieza el calor y termina el frio; pero esto mismo podemos aplicarlo a la luz y la oscuridad; a lo blanco y a lo negro; al ruido y al silencio; al amor y al odio; a lo bueno y a lo malo… una cosa puede convertirse en otra con solo modificar el grado en su escala.

Ver la última parte que afirma que los extremos se encuentran no es nada sencillo en los ejemplos que hemos puesto hasta ahora. La mente humana rechaza la simple idea de que la luz y la oscuridad sean lo mismo y menos que se encuentren. Y lo mismo sucede con el resto de casos. Pero vamos a verlo con otros ejemplos. Viaje el lector siempre hacia el Norte y llegará un momento en el cual se encontrará viajando hacia el Sur. Usted no ha cambiado de dirección en su viaje pero llegará el momento en el que inexorablemente estará viajando hacia el Sur. Norte y Sur son lo mismo, Norte y Sur se encuentran.

Este mismo concepto se aplica a los ejemplos dados de la Luz y la oscuridad, del bien y el mal, a lo alto y a lo bajo; pero nuestra mente no es capaz de asimilar esta grandeza del Universo infinito en su finita capacidad humana.

La existencia de los pares de opuestos con sus gradaciones infinitas es lo que permite al hermetista transmutar un estado mental en otro subiendo o bajando en la línea de polarización.

Así, el odio puede ser transmutado en amor; el miedo puede ser transmutado en valor; el frio en calor, lo agudo en romo…sólo es necesario cambiar el grado en la escala de la polaridad.

El odio, el miedo, lo frio, la oscuridad, son negativos frente al amor, el valor, el calor, la luz, que son positivos. La ciencia hermética nos dice que lo negativo vibra a frecuencias más bajas que lo positivo, por lo tanto para ascender en la línea de polaridad es necesario aumentar la frecuencia vibratoria, o lo que es lo mismo, aumentar nuestra espiritualidad viajando desde la materia grosera del cuerpo físico hacia el espíritu puro de nuestra parte eterna.

El hombre espiritual, el hombre avanzado, el auténtico iniciado, no es capaz de odiar a nadie porque su espíritu ama el Universo creado y todo lo que contiene; no tiene miedo porque su espíritu le ha mostrado los planos de existencia del Universo y conoce que es un ser eterno; no está en la oscuridad porque su espíritu le ha iluminado.

El estudiante que ha comprendido el principio de polaridad sabe que la oscuridad no se combate, se ilumina; que para vencer al mal no hay que oponerse al mismo sino que hay que hacer el bien; que para derrotar al odio tenemos que amar a quien nos odie; en definitiva, que para luchar contra lo negativo tenemos que hacer lo positivo, tiene que aumentar la frecuencia de la vibración, tenemos que subir en la línea de polaridad y hacernos más espirituales. Dicho en las propias palabras de Hermes:

Para destruir una frecuencia indeseable de vibración mental poner en operación el principio de polaridad y concentraros sobre el polo opuesto a aquel que deseáis suprimir. Matad lo indeseable cambiando su polaridad

La psicología moderna aplica este principio en sus terapias conductuales. Si un paciente tiene miedo a algo no se le pide que mate ese temor sino que cultive el coraje. La psicología ilustra esto con el ejemplo de la habitación oscura. Si estas encerrado en la oscuridad de nada sirve luchar el miedo a la misma, levántate, abre la ventana y deja entrar la luz. Al momento desaparecerá la oscuridad y con ella el miedo.

Hemos visto que el “Universo es Mental” y que “como es arriba es abajo”. Apliquemos el principio de polaridad con nuestra mente consciente y seremos quienes de transmutar los opuestos. Parecerán milagros a ojos profanos pero no es más que la aplicación de principios herméticos, de Leyes Universales, al alcance de todo ser humano dispuesto a recorrer el camino y que se haga digno de entenderlos.

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2 comentarios

    • Emmanuel Sanchez el 20 septiembre 2014 a las 20:22
    • Responder

    *Gracias por el envio al igual que los anteriores magnifico.

  1. Hace algunos años tuve una discusiónn muy fuerte por comparar a mis hijos con sus compañeros de estudio, cuadra, barrio y ciudad, fueron iracundos con sus comentarios; sin embargo hoy día ellos son el mejor ejemplo para sus propios hijos, familiares y amigos, lo cual me llena de alegría porque aprendieron la dimensión del espacio en el que se encuentran, identifican las oportunidades que tienen, reconocen que tienen capacidad para una cosas y no lo son para otras.nunca pensé que la ley de la relatividad fuera aplicable a la vida diaria, sin embargo la aplico de forma inconsciente ahora la aplicare con mayor convencimiento de causa.

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