La muerte (I) – Generalidades sobre la muerte

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La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja

muerte 01Hace ya un tiempo escribí dos artículos. Uno versaba sobre la muerte y el otro sobre el Alma después de la muerte. No es sencillo encontrar trabajos sobre la muerte. Es un tema que a nadie gusta; sin embargo, la muerte es tan real que vivimos con ella a cada momento. Como buscadores de la luz es un asunto que no podemos dejar de estudiar y pasarlo por alto.

Vamos a iniciar una miniserie sobre la muerte y sobre la vida porque comprender la muerte nos libra del temor a ella y nos permite disfrutar de la vida. Esta idea se encuentra presente en la obra de Sogyal Rimpomché 1El libro tibetano de la vida y la muerte” donde, partiendo del Bardo Thodol 2 o libro tibetano de la muerte, nos enseña a no temer a la muerte y abrazarla como a una amiga que llega siempre a su hora. Esta obra, prologada por el decimocuarto Dalai Lama3 se encuentra en mi lista de obras para recomendar ya que trata el tema desde un punto de vista filosófico moderno y solo recurre al Budismo tibetano cuando no queda más remedio, como es el caso del análisis del Bardo Thodol.

Pero realizada la recomendación volvamos al tema y comencemos por el principio, es decir, que es la muerte y como la vemos en nuestro mundo moderno occidental.

La muerte en occidente

El tema de la muerte en nuestro mundo occidental se encuentra grandemente influenciado por los dogmas de las denominadas iglesias Universales y, especialmente, por la Católica Apostólica Romana. Estas religiones afirman que a nuestra muerte podemos caer en desgracia eterna por nuestros pecados y acabar en el infierno. La reacción lógica ante ello es que tengamos temor a la muerte. No sea que hayamos hecho algo malo. Pero, por supuesto, estas mismas iglesias nos dan la solución para evitar este destino con algo tan simple como seguir sus indicaciones y dogmas. Se olvidan, sin embargo, de dar a conocer a sus fieles todo lo necesario, se cuidan mucho de dar solo “lo estrictamente necesario” para hacer creer a sus fieles que solo ellas pueden salvarlos.

 ¿No será que están más interesados en mantener los dogmas que durante miles de años les ha permitido ejercer su poder sobre sus fieles en base al miedo a la muerte? Yo solo dejo caer la pregunta y ustedes busquen la respuesta.

La sociedad en general no conoce a la muerte, no la comprende y no sabe que ocurre en dicho momento. La consecuencia es que vive negando la muerte o aterrorizado por ella. Los que la niegan lo hacen en el sentido de que no hay porqué preocuparse ya que es algo que llega, inevitable y sin solución.

La gente se toma la muerte con frivolidad y piensa que es algo que le pasa a todo el mundo, que es algo natural y, si es creyente, que todo irá bien. La teoría es preciosa hasta el instante que le vemos la cara y nos damos cuenta de que no estamos preparados para afrontarla. Nadie nos ha preparado, ni la Iglesia con sus dogmas lo logra, y tenemos miedo.

Todo esto, la negación, el miedo, el desconocimiento de que la muerte no es “real”, nos ha llevado a un materialismo desastroso. Al creer que solo tenemos una vida tratamos de aprovecharla al máximo, consumimos sin límite, sin importarnos las consecuencias; no pensamos en un futuro más allá de nosotros mismos y así muchos no se preocupan de la contaminación, del cambio climático, del aumento de la pobreza… “eso no es mi problema, no me afecta, me habré muerto cuando eso suceda…” se dicen para tranquilizarse y ocultar su miedo.

Los creyentes puede que se comporten mejor; son más espirituales. Pero si lo hacen es por miedo, por el temor grabado a fuego por los dogmas de sus iglesias a ser condenado a un tormento eterno si pecan. Son mejores que los materiales pero viven aterrorizados lo que no es vivir, más bien es un no vivir, sino un morir a cada momento.

Es necesario dar a conocer que la muerte es una gran amiga. Ella no viene a terminar con nosotros sino a liberarnos de lo material para poder cruzar el portal hacia lo espiritual. Ese y solo ese es su trabajo. Un trabajo que repite en cada vida que tenemos. Si pensamos en un Creador justo y bondadoso, como afirman todos los credos, no hay lugar para castigos eternos, no hay motivos para el temor. Si lo hay para pensar a futuro, futuro más allá de nuestra vida actual. No se trata ya de dejar un planeta mejor a nuestros hijos sino a nosotros mismo para el momento de nuestro regreso, de nuestra reencarnación.

Desmintiendo algunos dogmas

muerte 02Hasta el cristianismo acepta la reencarnación solo que se cuida mucho de decirlo. Si lo hiciese perdería el poder sobre sus fieles, si nos reencarnamos, implícitamente aparece la opción de la auto-salvación y desaparece la de condena eterna. Ya no necesitamos a la Iglesia para ser salvados. Es más Si la Iglesia Católica no reconoce hoy en día la reencarnación se debe al II Concilio de Constantinopla 4 en el año 553 d.C. Después de este Concilio quedó abolida la reencarnación, siendo sustituida por la resurrección. Este cambio fue forzado por Teodora, esposa del Emperador Justiniano, partidaria de la esclavitud y de ideas preconcebidas, la cual temía retornar al mundo en la piel de esclava negra, por lo que  desencadenó una fuerte presión sobre el Papa de la época, Virgilio, para quien los deseos de Teodora eran ley. Y así, el Concilio, decidió eliminar todo el pensamiento de Orígenes de Alejandría 5 con la siguiente declaración de intenciones:

«Si alguien dice, o piensa, que las almas de los hombres preexisten y que han sido anteriormente Espíritus y virtudes, y que han sido enviadas en cuerpos como castigo: que sea declarado anatema».

Sin embargo, la Biblia sigue a ser la misma, su contenido no ha cambiado y nos basta con leer el Evangelio según San Mateo y veremos que en 16-33 Jesús dice a sus discípulos lo siguiente:

“¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
“Y ellos dijeron: unos, Juan el Bautista, y otros Elías; y otros, Jeremías…

Sólo creyendo y aceptando la reencarnación es posible dar esas respuestas; además, Jesús no se enfada por la respuesta, no les regaña y si niega ser uno de ellos.

En cuanto al tema del infierno, podemos citar los siguientes pasajes:

Tu empero, eres Dios de perdones, clemente y piadoso; tardo para la ira, y de mucha misericordia…
 Nehemías 9 – 17
Porque de Dios es decir: “Yo perdoné, no destruí” Job 34 – 31

Si Dios es clemente, piadoso, perdona  y no destruye…¿Dónde encajamos un infierno eterno?

Conclusión

Volvemos así al principio, es necesario conocer la muerte, librarnos del yugo de su temor y ver más allá de los dogmas. No se trata de buscarla pero tampoco de negarle, de huir de ella, de temerla. Solo así aprenderemos a vivir, podremos dar sentido a nuestra vida y prepararnos para el momento de su fin. Ahora que sabemos lo que es no dejemos que los dogmas de fe nos impongan una vida de miedo, no nos dejemos llevar como ovejas al matadero. No se trata de ir contra la religión cristiana, musulmana, judía…sino contra los dogmas creados por sus cúpulas para mantenernos en una ignorancia conveniente.

Tenemos que leer los libros sagrados con calma, analizando más allá de todo dogmatismo y descubriremos todo lo oculto a conveniencia; lo escrito arriba es prueba de ello en la Santa Biblia. Curiosamente, o no tanto, esto no ha hecho más que afianzar mis creencias porque, más allá de todo dogma, todas las religiones dicen lo mismo, afirman lo mismo, solo se diferencian por el modo de presentarlo y, lo peor, de ocultar aquello que les interesa mantener oculto.

Pero es de la muerte de lo que estamos hablando ¿verdad? Quédese con esta frase: “Ella no viene a terminar con nosotros sino a liberarnos de lo material para poder cruzar el portal hacia lo espiritual. Ese y solo ese es su trabajo”

Segunda parte: La muerte (II) ¿por qué la tememos?

  1. Sogyal Rimpomché: Nacido en Kham en el este del Tíbet, Sogyal Rimpoché fue reconocido como la encarnación de Lerab Lingpa Tertön Sogyal, maestro del décimo tercer Dalai Lama, por Jamyang Khyentse Chökyi Lodrö, uno de los maestros espirituales más excepcionales del siglo XX. Jamyang Khyentse supervisó el entrenamiento de Rimpoché y le educó como a su propio hijo.
  2.  El Bardo Thodol, más conocido en occidente como El libro tibetano de los muertos, es una guía de instrucciones para los los moribundos y los muertos que, según la creencia del budismo tántrico del Tíbet, permite alcanzar la iluminación durante el periodo inmediato posterior a la muerte y por algunos días más, a fin de evitar renacer e ingresar nuevamente al Samsara, pues se considera que la muerte dura 49 días y después de ello sobreviene un renacimiento en el ciclo de la reencarnación. Así, el texto da algunas recomendaciones a tener en cuenta durante ese período intermedio conocido bajo el nombre tibetano de Bardo.
  3. Llamado Kundun (la Presencia), o Tenzin Gyatso (Amdo, Tíbet, 6 de julio de 1935) es el XIV Dalái Lama del Tíbet, también llamado «portador del loto», líder religioso de la escuela Gelug de Budismo Tibetano.Nació con el nombre de Lhamo Dondhup. A la edad de cinco años, fue proclamado encarnación (tulku) del XIII Dalai Lama fallecido, llevado al palacio de Potala en la capital del Tíbet y oficialmente proclamado líder espiritual. En el budismo, sobre todo dentro de la corriente tántrica, un tulku es un sacerdote o monje que ha escogido conscientemente renacer (reencarnar) al transferir su consciencia, comúnmente muchas veces, para continuar con sus tareas.
  4. El Segundo Concilio de Constantinopla se celebró en ocho sesiones entre el 5 de mayo y el 2 de junio de 553, y está considerado el V Concilio Ecuménico por las Iglesias Católica y Ortodoxa. El decreto conciliar se articula en dos partes muy diferentes. La primera, cuyo género literario es bastante complejo, contiene la sentencia de los Tres capítulos, mezclada con una breve crónica de los hechos y una profesión de Fe. La segunda ofrece catorce anatemas, donde los diez primeros son de un contenido teológico y los cuatro restantes de condena de las personas y los escritos de Teodoro de Mopsuestia, Teodoreto de Ciro e Ibas de Edesa. También se condenaron algunas de las tesis expuestas por Orígenes que, impregnadas de platonismo, se alejaban de la doctrina oficial.
  5. Orígenes de Alejandría (Alejandría, 185 – Tiro o Cesarea Marítima, 254) es considerado un Padre de la Iglesia oriental, destacado por su erudición y, junto con San Agustín y Santo Tomás uno de los tres pilares de la teología cristiana.

1 comentario

    • Emmanuel Sanchez Rodriguez el 24 agosto 2015 a las 23:38
    • Responder

    *Hola Master excelente articulo, habiendo leído el libro «el poder del ahora»de Ekart Toole hace una cita en donde menciona que la muerte existe porque la mente dual la necesita para crear la vida o sea la vida es porque creemos en la muerte, si cambiamos el concepto agotista y separamos el vehiculo (cuerpo) nos damos cuenta que somos parte de la fuente que es omnipresente. Se que esto entraña un conocimiento demasiado profundo pero la sencillez conque lo describe este autor hace que sienta esto como una verdad. Saludos

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