Filosofando un poco (2 de 10) – La metafisica

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aristoteles - metafisica

Antes de definir lo que es la metafísica diremos que su nombre se debe a los primeros editores de la obra de Aristóteles. Tras terminar su obra titulada “Física”, escribió otro libro tratando otros temas pero no le dio nombre a su libro. Ante la ausencia de un título oficial, los editores lo denominaron “metafísica”, literalmente “después de la física”. El tiempo a unido dicho nombre a los temas tratados y además, dicha unión, ha sido perfecta porque dichos temas escapan a la física o ciencia.

Una definición corta nos dice que la metafísica es el estudio más general de la realidad: que es y como es. Una definición más correcta es decir que la metafísica se ocupa de estudiar la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad. También aborda el sentido y fin último de la existencia.

Es posible estudiar dichos temas científicamente, por supuesto; pero la metafísica va más allá y se centra en los aspectos de la realidad no accesibles a la ciencia. Immanuel Kant decía que una afirmación era metafísica cuando era imposible de comprobar o experimentarla sensiblemente. Así, por ejemplo, al estudiar al hombre podemos hacerlo como un animal más, compuesto de carne y huesos –lo que sería un estudio físico – o bien como un ser dual compuesto de materia y espíritu y, dado que el espíritu escapa a cualquier comprobación o experiencia sensible – científicamente hablando – sería ya un asunto de la metafísica.

Es fácil concluir de todo lo dicho hasta ahora que la metafísica es la base de todo misticismo, que no de la fe. La fe es ciega, es dogma del cual no se puede ni admite duda; el misticismo es metafísica, es el estudio razonado de lo que transciende la física. No es un dogma ciego. Es estudio y conclusión razonada. Otro asunto es que no pueda demostrarse la conclusión o que sea o no cierta.

Por ejemplo decir que Dios existe porque lo pone la Biblia sería Fe ciega y dogma; decir que se aprecia una inteligencia en el orden del Universo y que ello implica un Creador Inteligente sería metafísica porque aporta un motivo razonado y lógico. Sin embargo, este razonamiento metafísico no puede ser demostrado y podría ser falso porque la opción de que Dios no existe sigue estando ahí.

Se habla de una metafísica universal con la cual todos estaríamos de acuerdo. Es lo que los místicos denominan como ciencia hermética. La realidad es que el hombre a profanado la verdadera esencia de la metafísica adaptándola a lo que le convenía  y es posible hablar de una metafísica católica, judía, budista o musulmana cuyas conclusiones buscan más el justificar sus creencias que razonar lógicamente en busca de explicaciones que podrían ir contra lo que dichas religiones o corrientes defienden.

Los estudiosos de la metafísica están de acuerdo en dividirla en dos apartados claros: la ontología y la teleología; pero ¿qué son estas dos palabrejas?, mejor dicho, ¿a qué se refieren?

La ontología trata el “que es”; estudia el ser y sus propiedades transcendentales. Intenta responder preguntas generales como: ¿Qué es la materia? ¿Qué es un proceso? ¿Qué es el espacio-tiempo? Muchas preguntas tradicionales de la filosofía pueden ser entendidas como preguntas de ontología: ¿Existe Dios? ¿Existen entidades mentales, como ideas y pensamientos? ¿Existen entidades abstractas, como los números? ¿Existen los universales?

El problema central de la ontología fue presentado muy elocuentemente por Willard van Orman Quine en su artículo «Sobre lo que hay»:

Un rasgo curioso del problema ontológico es su simplicidad. Puede formularse en dos monosílabos castellanos: «¿Qué hay?». Puede además responderse en una sola palabra: «Todo», y todos aceptarán esta respuesta como verdadera. Sin embargo, esto es sólo decir que hay lo que hay. Queda lugar para discrepancias en casos particulares; y así la cuestión ha persistido a través de los siglos

La teleología trata el “como es”, las causas finales. . Usos más recientes lo definen simplemente como la atribución de una finalidad, u objetivo, a procesos concretos. El origen del término puede rastrearse hasta la Grecia Antigua. Aquí es donde encontramos una caracterización de las cuatro clases de causas existentes, planteadas por Aristóteles:

  • Causa material: aquello de lo que está compuesto algo.
  • Causa formal: aquello que da el ser a un objeto.
  • Causa eficiente: aquello que ha producido (causado) un objeto.
  • Causa final: aquello para lo que existe un objeto.

Tanto para Aristóteles como para muchos otros autores antiguos, [¿quién?] la causa final era la más importante en cuanto a la explicación de la Filosofía Práctica, aunque no se debe olvidar que eran necesarias las cuatro causas para la explicación completa del universo.

Vamos a terminar aquí, pero no sin antes plantear algunos problemas metafísicos para que ustedes puedan filosofar un poco –  o acordarse de mí, lo cual siempre es mejor que ser olvidado.

  • ¿Existe solo la materia o existe lo inmaterial como por ejemplo el Alma?
  • ¿Existir significa algo para quien existe o se existe sin más?
  • ¿Los números existes por si mismos o son fruto de nuestra mente?

Y una más para liarla. Razonemos que el tiempo y el espacio existen porque los medimos a partir de una referencia. Esto  nadie lo pone en duda, pues necesitamos un punto de inicio para medir distancias y tiempos. Decimos han pasado 24 horas o hemos recorrido 10 kilómetros. Esto implica que necesitamos los números para referirnos al espacio y al tiempo. Por lo tanto, ¿existe el tiempo y el espacio porque existen los números o, por lo contrario, es el tiempo y el espacio lo que dio origen a los números? Es más. ¿Tiempo, espacio y números son contingentes? Es decir, ¿existen desde siempre, podrían dejar de existir o no haber existido jamás?

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p style=»text-align: justify;»>Próxima entrega:  Filosofando un poco (3 de 10) – La lógica. 

1 comentario

    • Emmanuel Sanchez Rodriguez el 23 febrero 2016 a las 23:08
    • Responder

    *Muy buen articulo que mueve las neuronas, que seria el tiempo y el espacio? percepciones de nuestros sentidos y que manejamos mediante conceptos, que con los numero podemos hacer aplicaciones pata interpretar esas percepciones. en fin es tan poco lo que sabemos y tanta la ignorancia como para pretender definir que somos mas alla de nuestro cuerpo y mente, nada ni nadie podría describir eso que pretendemos englobar en el concepto del todo, aun nuestra mente pretende definirnos como un algo espiritual, pero pienso solo somos energía en tiempo presente, somos cuando estamos conscientes y estamos cuando el control esta en automatico, es una pobre opinión que me atrevi a disertar. saludos

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