Usemos nuestro libre albedrio

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“Puede que no sea libre de decidir mi destino,
 pero si el camino a recorrer para llegar al mismo.”

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Pensar sobre cualquier tema implica la toma de decisiones. Es necesario decidir primero en qué pensar; que medio de debate, pruebas en uno u otro sentido…y, finalmente, si lo que afirmamos sobre el tema al comienzo lo seguimos afirmando o nuestro parecer ha cambiado durante el proceso del debate.

En todos los pasos descritos anteriormente hemos tenido que tomar decisiones y hemos tomado el camino deseado. Para ser librepensadores, dichas decisiones han tenido que ser tomadas de forma libre y ello solo es posible gracias al libre albedrío.

Si dejamos a un lado las Leyes Naturales y/o Divinas de obligado cumplimiento –nadie puede elegir no caerse si salta de un precipicio – todo ser humano posee libre albedrío – puede elegir entre saltar o no hacerlo – pero lo grave es que casi nadie suele usarlo de forma consciente.

Podríamos definir el libre albedrío como la capacidad de todo ser humano para actuar en un sentido u otro de manera libre y voluntaria, incluso de modo contrario a su propio interés personal o de supervivencia.

La aclaración final merece que nos detengamos un poco. Uno de los instintos más arraigados en todo ser vivo es el de autoprotección y supervivencia; sin embargo, muchas veces, el hombre pone en riesgo de modo voluntario y consciente su vida ante un peligro. El bombero que arriesga su vida para salvar a otros puede servirnos de ejemplo cuando ese riesgo sobrepasa los límites que su profesión le impone. Estas actitudes y comportamientos no serían posible sin la existencia del libre albedrío.

Ahora bien, hemos dicho que no solemos usarlo. Pongamos un ejemplo. Usted sale de su casa para ir al trabajo y se sube a su coche como todos los días. Pero ese día otro conductor le adelanta de manera temeraria. Lo más probable es que usted se enfade y termine recordando a todos y cada uno de los miembros de la familia del conductor y no precisamente para algo bueno. Está claro que se ha dejado llevar por la cólera, por su instinto: ¡No ha usado el libre albedrío! Usted podría haber usado su capacidad de no dejarse arrastrar por sus impulsos emocionales.

El empleo del libre albedrío exige de nosotros un acto de voluntad firme y claro. Precisa de una acción meditada y sopesada conscientemente en la cual no tiene cabida en modo alguno las reacciones impulsivas. Meditando sobre lo que es o no adecuado hacer; actuando con voluntad firme y clara; usando correctamente el libre albedrío; el Ser Humano es capaz de cambiarlo todo.

¿Todo?…bueno, todo, todo, todo, lo que se dice todo; pues NO. Hemos ya dicho al comienzo de este artículo que existen Leyes Naturales y/o Divinas que son inmutables. No podremos cambiarlas nunca o sería un caos total el Universo entero. Imagine tan solo que pudiésemos cambiar el tiempo a voluntad. Usted que desea Sol, el agricultor que llueva, otro que más  calor, otro que menos…el caos más completo en segundos estaría asegurado. Ahora extrapole eso a todo el Universo y a cada una de las Leyes inmutables como la gravedad,  por solo citar una.

A pesar de ello, incluso en dichos casos, el libre albedrío sigue a tener su parcelita. No podemos elegir si va a llover o no al día siguiente; pero si podemos decidir si salimos o no con el paraguas. No podemos elegir si vamos o no a morir mañana; pero si podemos decidir como será nuestra vida y como seremos recordados (bien o mal) por quien nos haya conocido. No podemos elegir si un conductor loco nos adelantará temerariamente; pero si podemos elegir si nos dejaremos llevar por la ira o por el perdón y la comprensión.

El libre albedrío existe y es la llave en nuestra evolución espiritual al permitir que  la virtud tome el lugar del vicio por medio de nuestra fuerza de voluntad. Podemos dejar de lado el odio, la ira o la guerra y sustituir todo por el amor, la calma y la Paz. El buen uso de nuestro libre albedrío es la pieza clave para perfeccionarnos a nosotros mismos y, por extensión, a la sociedad.

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p style=»text-align: justify;»>Yo estoy convencido de ello; sin embargo existe gente que niega la existencia del libre albedrío. Si usted quiere saber sus argumentos puede leer otro artículo ya publicado sobre ello bajo el título de El libre albedrío, existe

1 comentario

    • emmanuel sanchez rdrgz. el 25 agosto 2016 a las 23:22
    • Responder

    *excelente tema, estoy de acuerdo con lo asentado existe el libre albedrio y con el la manera de ser mejores o estar mejor

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