Las siete artes liberales (7 de 8) – Quadrivium III – Astronomía.

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La astronomía puede ser definida como la ciencia que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes del universo, incluidos los planetas y sus satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia interestelar, los sistemas de materia oscura, estrellas, gas y polvo llamados galaxias y los cúmulos de galaxias; es decir, lo que vulgarmente denominados Universo. Su estudio incluye sus movimientos y los fenómenos ligados a ellos. Por ejemplo, el influjo de la luna sobre las mareas. O la atracción gravitacional Solar que atrapa a los planetas en un giro a su alrededor.

La astronomía ha estado ligada al ser humano desde la más remota antigüedad y todas las civilizaciones han tenido contacto con esta ciencia en mayor o menor grado. Sabios, filósofos y estudiosos de todas las épocas como pueden ser Aristóteles, Tales de Mileto, Anaxágoras, Aristarco de Samos, Hiparco de Nicea, Claudio Ptolomeo, Hipatia de Alejandría, Nicolás Copérnico, Tycho Brahe, Johannes Kepler, Galileo Galilei, Christiaan Huygens o Edmund Halley han sido algunos de los que han contribuido a su desarrollo.

De su antigüedad puede dar fe Stonehenge. Los científicos afirman que Stonehenge – que no olvidemos ha sido datado hacia el 2800 a. C. – se realizó sobre conocimientos astronómicos muy precisos. Un menhir que supera los 6 m. de altura indica, a quien mira desde el centro, la dirección exacta de la salida del Sol en el solsticio de verano. Algunos investigadores opinan que ciertas cavidades pudieron haber servido para colocar postes de madera capaces de indicar puntos de referencia en el recorrido de la Luna.

Antes de la Astronomía nació la Astrología, algunos expertos indican que probablemente la astrología fuese la cuna o fuente de la cual se desarrolló con posterioridad la ciencia astronómica. Por otro lado podríamos decir que la astrología se debe a la cosmogonía religiosa. De hecho, en casi todas las religiones antiguas existía la cosmogonía, que intentaba explicar el origen del universo, quien lo había creado, como lo había creado, para que…y un largo etc. Estas religiones ligaban la cosmogonia con elementos mitológicos. Un ejemplo simple son las constelaciones, la de Hércules que creían se había formado tras la muerte del héroe y otras muchas más que podríamos citar.

 Como hemos visto con el ejemplo de Stonehenge, la historia de la astronomía es tan antigua como la historia del ser humano. Antiguamente se ocupaba, únicamente, de la observación y predicciones de los movimientos de los objetos visibles a simple vista, lo cual es normal ya que no disponían de aparatos adecuados para ver mucho más allá de lo que sus propios ojos les dejaban.  En Sajonia-Anhalt, Alemania, se encuentra el famoso Disco celeste de Nebra, que es la representación más antigua conocida de la bóveda celeste. Se cree que fueron los astrónomos chinos quienes dividieron, por primera vez, el cielo en constelaciones. En Europa, las doce constelaciones que marcan el movimiento anual del Sol fueron denominadas constelaciones zodiacales. Los antiguos griegos hicieron importantes contribuciones a la astronomía, entre ellas, la definición de magnitud. La astronomía precolombina poseía calendarios muy exactos y las pirámides de Egipto fueron construidas sobre patrones astronómicos muy precisos, pues según ciertos estudiosos se encuentran orientadas a la estrella de Sirio, en el cinturón de Orión y no al Norte como se creía.

Para certificar esto último, Robert Bauval, en su obra Código Egipto” explica que empleando sofisticados programas informáticos que recrean los cielos y las posiciones astronómicas de las diferentes estrellas en la época de construcción de las pirámides se comprueba que todas ellas se orientan a Sirio, la estrella central del cinturón Orión.

Permítaseme profundizar un poco en lo dicho en este libro para que el lector vea cuán importante era la astronomía en aquella época y que, como siempre, las casualidades no son tales. No solo las pirámides están orientadas a Sirio sino que las tres mayores pirámides se encuentran formando el mismo ángulo que las estrellas de dicha constelación. 

Pirámides de Egipto

La figura lateral muestra las tres pirámides más conocidas, pertenecientes a los faraones Keops, Kefrem y Micerinos. La imagen está sacada del Google Earth y el Sur se encuentra en la parte superior de la imagen. Observe que usando las líneas que he superpuestos se genera un Angulo. En la foto del cinturón de Orión puesta más abajo he superpuesto también unas líneas y observarán un angulo debido al desplazamiento de la estrella Mintaka. Usando medios avanzados que escapan a mi conocimiento, los astroarqueólogos han demostrado que ambos ángulos son sorprendentemente iguales, por no decir exactamente iguales de acuerdo a los medios que podían tener para calcularlo en la época. ¿Casualidad? . No lo creo.

El libro de Robert Bauval ha supuesto un punto de inflexión en el estudio del antiguo Egipto, del conocimiento que se les supone a los sacerdotes de la época sobre el cosmos y, por supuesto ha sido una revolución total. Como siempre, al principio fue atacado, criticado y ridiculizado; pero las nuevas tecnologías y las pruebas aportadas por el autor y los astrónomos y egiptólogos que lo apoyaron han acabado por demostrar que estaba en lo cierto.

Una de las causas que inclinaba a los egiptólogos a creer que el conocimiento del Universo por parte de los sacerdotes no era tan bueno se debía al uso de un calendario de 365 días. Ese calendario, al no ser exacto, hacía que las estrellas se deslizasen. Explicado de otra manera. Si el calendario fuese perfecto, el mismo día de cada año las estrellas deberían estar en la misma posición. Con todo, Robert Bauval ha conseguido demostrar que ese calendario deslizante es mucho más exacto que el Gregoriano que poseemos nosotros. Para ello hagamos números.

El Sol tarda exactamente 365,2422 días en dar una vuelta completa. Nosotros incluimos un día bisiesto cada cuatro años. Eso sería correcto si fuese 0.25 pero no es el caso. La consecuencia es que cada 3000 años, aproximadamente nuestro “perfecto” calendario pierde un día y precisa un ajuste. Es decir, tenemos un calendario que precisa ajustes constantes y, a pesar de ello, nunca será exacto.

Cinturón de Orión

Volvamos ahora al calendario egipcio, como ya hemos visto es un calendario inexacto por tener 365 días siempre; pero para sorpresa de todos, es un calendario totalmente exacto para medir periodos largos de tiempo. ¿por qué?, pues porque cada 1.506 años el calendario se autosincroniza el solito. Es decir, cada 1.506 años todo coincide de nuevo, algo que nunca sucederá con el supuestamente perfecto calendario gregoriano.

La diferencia entre uno y otro radica en el modo de pensar. La realidad es que nuestro planeta tarda un poco más de un día en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Si miramos el Sol un día 1 de Enero y luego repetimos eso un año más tarde veremos que pasarán unas seis horas más antes de que salga el Sol. Pero el hombre no es capaz de detectar estas pequeñas diferencias, para nosotros un día es un día un punto y cuesta imaginar fracciones. Los egipcios no son la excepción, por supuesto. Pero, para ellos, el Sol era la manifestación de su Dios supremo (RA) y si por motivos que sólo a él le concernían decidía deslizarse por las estaciones y el Cielo en un ciclo de 1.506 años antes de volver al punto de partida, ellos, como hombres no eran quienes de cambiarlo.

El Faraón se preocupaba, como Dios en la Tierra de que nadie cambiase el calendario. Como consecuencia, en la tierra de Egipto el Sol salía desde un extremo de 28 º al Norte del Este hasta 28º al Sur del Este y luego volvía de nuevo al origen. Este proceso llevaba justamente los famosos 1.506 años y lo denominaron “Gran Ciclo Solar”

La aplicación de este conocimiento a las pirámides  por parte de los egiptólogos llevaron a resultados sorprendentes. Si antes los Egiptólogos pensaban que las pirámides estaban más o menos alineadas con el Norte y que los errores se debían, lógicamente a que sus conocimientos de astronomía no eran perfectos; tras los estudios de Robert Bauval, se sabe, se explica y demuestra que las pirámides no se alineaban con el Norte sino con la estrella de Sirio.  Así pues, los egipcios si sabían de astronomía y mucho más de lo que creemos.

La pregunta ahora sería por qué se orientan a dicha estrella; pero no es tema de este articulo a pesar de haber explicaciones lógicas de porque lo hacían. Lo interesante aquí es que la astronomía es una ciencia que viene deslizándose por el mundo desde que el hombre es hombre y que ha marcado muchos eventos en su existencia.

No entraré en la parte esotérica de la astronomía, lo que me llevaría a la astrología y la creencia de su influencia o, cuando menos, de que es posible conocer el futuro a través de los astros, horóscopos, avisos celestes como cometas y posiciones especiales de las estrellas como alineaciones, siempre han sido tomados en cuenta.

De todas maneras, si aún no se ha dado cuenta de la importancia de la astronomía me permito recordarle que los sistema de navegación marítima y GPS se basan a las coordenadas de latitud y longitud y que estas, durante muchos años se establecieron con ayuda del astrolabio que era usado por los navegantes, astrónomos y científicos en general para localizar los astros y observar su movimiento, para determinar la hora a partir de la latitud o, viceversa, para averiguar la latitud conociendo la hora; o por medio del sextante que permite medir ángulos entre dos objetos tales como dos puntos de una costa o un astro, generalmente en el Sol, y el horizonte. Conociendo la elevación del Sol y la hora del día se puede determinar la latitud a la que se encuentra el observador. Esta determinación se efectúa con bastante precisión mediante cálculos matemáticos sencillos a partir de las lecturas obtenidas con el sextante.

Y si aún le queda dudas de porqué debe estudiar astronomía siendo usted masón permítame decirle que cada columna de las doce que decoran los laterales del templo se corresponde con un signo zodiacal. Que las columnas del umbral del templo, las conocidas como J y B representan los trópicos de Cáncer y Capricornio. Que en el techo de la logia – de ser posible – figuran determinadas constelaciones y que estas se relacionan con los diferentes oficiales de la logia. He aquí la lista. Téngase en consideración que Aries es la primera constelación del Zodíaco comenzando el 21 de marzo, el primer día del año de muchos de los calendarios antiguos.

Y para terminar, dejen que les ponga una representación de un templo masónico con los componentes astronómicos superpuestos, seguro que les resultará de gran interés. La imagen ha sido creada por el Venerable Hermano Marino de Armas, miembro de la Respetable Logia Añaza Nº 33,

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2 comentarios

    • Carlos E. Fernández Aagaard el 11 febrero 2017 a las 18:27
    • Responder

    *Lo importante en nuestros días es que la astronomía ha pasado de ser una ciencia puramente descriptiva a, con el desarrollo de la astrofísica y la astronáutica, a ser una ciencia teórico-práctica con todas sus implicaciones, y que ha pasado también a cerrar el círculo entre lo inmensamente grande y lo absolutamente pequeño. Carlos E. Fernández Aagaard  M.·.M.·.

    • emmanuel sanchez rdrgz. el 15 febrero 2017 a las 01:08
    • Responder

    *si bien esta informacion es una sintesis, se que guarda una simbologia muy profunda y que me motiva a seguir sus pasos para desentrañar e iluminar mi camino, Muchas gracias por su trabajo le aprecio.

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