La Verdad Absoluta

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Todas las órdenes esotéricas tienen como fin conocer lo que podemos denominar la Verdad Absoluta, es decir, lo que realmente es la realidad (valga la redundancia). Da igual que uno sea rosacruz, martinista, teósofo o masón, ese es el fin último que todos quieren alcanzar. Se plantea, así, la pregunta, ¿Existe la Verdad Absoluta? y, en caso afirmativo, ¿se puede lograr?.

Vamos a debatir un poco sobre ello y ustedes saquen sus conclusiones.

Seguro que alguna vez ha mirado al cielo en una noche clara y se ha admirado de la gran cantidad de estrellas que lo pueblan. De lo que estoy seguro es que no pensó en el hecho de que la Luz recorre unos 300.000 Km cada segundo. Esto quiere decir que la luz de una estrella de la constelación de Alfa-Centauro (la más próxima a nosotros) tarda en llegar hasta nosotros unos tres años y medio largos. Usted está viendo lo que ha sucedido hace más de tres años. Pero viajemos más lejos, a aquellas estrellas que están mucho más lejos y cuya luz nos llega miles o millones de años después. Quien sabe si la estrella que ha deslumbrado sus ojos en esa noche tranquila y clara, puede haberse extinguido hace milenios. Usted está maravillado con el reflejo de una estrella que ha dejado de existir. Para usted es verdad que existe la estrella pero la Verdad es que ha dejado de hacerlo muchos años atrás. Usted piensa: ¿dónde está la verdad? Porque lo cierto es que usted la ve y lo cierto es que no existe. Usted está viendo lo que no existe.

Demócrito nos dice que

el mundo externo, que supones existir con independencia de nosotros mismos es en primer lugar un mundo de colores. Pero los colores son subjetivos porque están en quien  los ve y no en la cosa vista. Ciertas personas son ciegas para distinguir algunos colores, no ven el rojo en la naturaleza, por ejemplo; si todos fuésemos así ¿existiría una rosa roja en el mundo? El color cambia cuando termina el día y usamos luz artificial; ¿Cuál de los dos tonos es el real?¿El color de la hacienda que veis en la penumbra es más real o menos que el que se ve cuando el Sol del día la alumbra? Los ojos de los animales inferiores, como los crustáceos, poseen una estructura completamente diferente a los nuestros y, presumiblemente, transmitirán formas y colores diferentes a las nuestras; ¿Cuál de esas formas ya colores es la real? Nuestros ojos son insensibles a largas áreas del espectro solar; animales mejor dotados visualmente ven las formas y colores de un modo más complejo que nosotros; ¿Cuál de los dos, el animal o el hombre, ve el mundo como realmente es? Y una mesa redonda, según desde donde la veis, os parece redonda o elíptica. ¿Cuál es la mesa real? ¿Estarán todos los colores y formas en un estado de dependencia del observador?”

Si bien, es con la vista como mejor nos damos cuenta de lo que nos rodea – a fin de cuentas el hombre es un animal visual – no por ello podemos hacer consideraciones similares respeto a los otros sentidos. Un experimento muy conocido por todos los estudiantes es el del calor y la temperatura en las manos.

Ponga una mano en agua caliente y otra en agua fría y después las dos en agua templada. El templado del agua parecerá frío para la mano que llega de la caliente y caliente para la que llega de la fría. ¿Dónde está la realidad?

Sigamos con más ejemplos. Un diente le duele, anestesie el nervio y el dolor desaparecerá. ¿Dónde estaba el dolor? ¿En el diente? ¿En el nervio? ¿En el cerebro que interpretaba el dolor?

En resumidas cuentas, retiradas del mundo “objetivo” todas las cualidades que en el mismo ponéis con vuestra presencia y percepción ¿qué es lo que queda?  ¿Átomos y vacío? ¿Materia, espacio y tiempo?

Pero esta materia: ¿cómo la conocéis sino por medio de sensaciones que vuestro cerebro convierte en ideas? ¿Qué es el espacio sino el adelante y el atrás, la izquierda o la derecha, lo alto o lo bajo, aquí o allí, lo lejano, lo grande y lo pequeño? ¿No es eso percepción? ¿Estarán los objetos en esta o en aquella posición? ¿Aquí o allí? ¿Serán grandes o pequeños? Un objeto “A” aparece como “A” para nuestros ojos, pero aparece como “B” para otro individuo cuando la realidad es que es “C” si alguien lo mirase desde el lugar adecuado. Pero ¿Qué es A realmente? ¿Lo que veo yo, lo que veo el otro o lo que realmente es?

Si lo pensamos bien, nosotros somos los únicos que no cambiamos cuando nos miramos, siempre vemos lo mismo ( eso si nos olvidamos de que envejecemos, nos salen canas y todo lo demás). Será que lo único real soy yo y todo lo demás son interpretaciones de la realidad que hace mi cerebro.  ¿Y si es así, si cada uno piensa lo mismo ¿Somos todos reales o somos todos ilusiones?

En realidad el hombre es la medida de todas las cosas y crea así el mundo que percibe.

Einstein anuncia, como principal trabajo de su teoría de la relatividad, que el último remanente de la objetividad física se toma del espacio y el tiempo. ¿Pero que es el tiempo si no un sentimiento de un antes y un después relativo a un punto tomado por nuestra experiencia como referencia? ¿Podría haber un antes y después si no hubiese referencia?.

 La sensación del paso del tiempo que tenemos ¿es la misma para nosotros que para el pequeño insecto que podemos esmagar con nuestro pie? ¿Cuál tiempo sería el real? Un año terreno parece interminable cuando no hay nada que hacer y cortísimo cuando no tenemos tiempo para hacer lo que queremos

Pero el tiempo también altera el espacio: la estrella que estamos viendo desde que comencé a escribir esto ya no se encuentra allí, pues se mueve después de haber emitido sus rayos.

El espacio-tiempo es un intricado complejo de localización y juicio; es un modo de percepción. Depende por completo de lo nuestro cerebro interprete. En cierto modo, el espacio-tiempo es una cárcel que limita nuestro conocimiento y nos dice lo que creemos que es la Verdad cuando hemos visto que no es así. Vemos estrellas que ya pueden no existir y que se encuentran en lugares del cielo donde ya no están a causa del movimiento estelar.

Por lo tanto, no hay mayor error que emplear las sensaciones como test para conocer la Verdad Absoluta. Solo conocemos la interpretación que nuestro cerebro hace de dichas sensaciones, pero afirmar que es la Verdad es una verdadera locura porque el  mundo exterior has sido construido con nuestras propias sensaciones y adaptado a nuestros conceptos de tiempo y espacio.

¿Cómo pretendes descubrir la realidad de un objeto si este está camuflado bajos sensaciones visuales, olfativas, gustativas o táctiles que son interpretaciones personales tuya? Esas sensaciones han sido construidas por el pensamiento interior en base a lo que tu cerebro humano ha experimentado y entiende, no es nada objetivo sino muy subjetivo y arbitrario en realidad.

Debemos concluir que el mundo exterior no deja de ser un cúmulo de suposiciones sobre lo que es y lo que no es. Cada ser humano posee su realidad pero no la Realidad. Cada verdad es individual y no tenemos como conocer la verdadera Verdad

1 comentario

    • HILARIO PICHARDO HERNANDEZ el 20 octubre 2017 a las 03:40
    • Responder

    Maravilloso es el mundo del saber, felicidades maestro

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