Las Virtudes (3 de 7) – Igualdad

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Antes de tratar el tema de la igualdad hemos de tener claro lo que es la igualdad. Como siempre, un buen comienzo es el análisis etimológico de la palabra. Igualdad deriva del término latino aequalitas formado por el adjetivo aequus (igual, justo, equilibrado, equitativo) y el sufijo tat (denota calidad). Lo que nos indica que lo que hacemos es comparar varias cosas y determinar que en determinada cualidad son equiparables. Así tenemos la igualdad de derechos entre hombres y mujeres o entre las diferentes razas. Y vemos, sin tener que mirar mucho, que puede existir igualdad en algo y desigualdad en “otro algo”.

¿Pero realmente a que nos referimos con Igualdad?, porque la definición etimológica no es muy clara para saberlo y dado que esta palabra se ha puesto de moda es vital conocerlo. Veremos que diferentes autores han dado diferentes explicaciones y futuros autores seguro que harán lo propio.

Moliner menciona la igualdad como “Cualidad de igual. Circunstancia de ser iguales las cosas. Circunstancia de ser tratadas de la misma manera las personas de todas las categorías sociales.”.

Mucha gente tiende a pensar que la Igualdad conduce al a Justicia pero no siempre es así. Por ejemplo, si tengo tres manzanas y tres personas y le doy una a cada uno podré decir que he realizado un reparto igualitario pero puede ser que no haya sido justo. Si alguna de esas tres personas acaba de comer y las otras dos tienen hambre, puede que no sea muy igualitario pero si sería justo darle a cada uno de los hambrientos manzana y media y que el ya satisfecho no comiese ninguna.

Lelande distingue varios tipos de Igualdad:

  1. Jurídica: La ley (defensa, penas, juicios…) son iguales para todos los ciudadanos sin excepción de nacimiento, situación o fortuna.
  2. Política: Todos los ciudadanos pueden acceder en igualdad de condiciones, y en la medida de sus capacidades, a las funciones, grados y dignidades públicas sin distinción de clase o fortuna
  3. Real: El hecho que dos o más hombres tengan la misma fortuna, instrucción, inteligencia, salud, etc.

Es importante fijarse en la opción tercera pues las dos primeras no dejan de ser meras utopías ya que todos sabemos que no es cierto. En un juicio podemos salir culpables o inocentes en virtud del abogado que tengamos y disponer de un buen abogado depende casi siempre del poder adquisitivo del denunciado. La igualdad, por lo tanto, es teórica pero no es  real.

Quizás el mayor ejemplo de igualdad real es que todos los hombres nacen, crecen y mueren, nadie se libra del ciclo de la vida. Es una igualdad “natural” donde no importa sexo, color, religión, escala económica…nadie, absolutamente nadie, escapa. Tema aparte es como uno vivirá o morirá, pero el hecho en sí se producirá.

Antes de comenzar a tratar el tema de porque la igualdad no existe en el mundo actual me permito recordarles que el primer artículo de los derechos humanos hace hincapié en la igualdad, lo cual nos da idea de la gran importancia de la misma

Art 1° Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros

 Resulta cuando menos irónico que los hombres tengamos la Declaración de los Derechos Humanos y hayamos escrito este primer artículo cuando la desigualdad es y ha sido la base de los diferentes conflictos a lo largo de la historia. El tratado de Versalles o el reparto del territorio Palestino entre los árabes y los judíos tras el fin de la Segunda Guerra Mundial son ejemplos de desigualdades generadas por el ser humano y que dieron lugar – con otros motivos añadidos – al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y al aún sin resolver enfrentamiento en los territorios de Israel. Pero quizás, el mejor ejemplo de lo ridículo de todo esto se da en la Religión. Todas dicen tener un origen común en la existencia de un Gran Ser Supremo que nos ha creado a todos. Por lo tanto, todos somos hermanos. Lejos de vernos como tales solo se ven así los que son de la misma idea religiosa, los demás son enemigos a los que se puede eliminar sin problemas. Así hemos vivido las cruzadas entre cristianos y musulmanes o el más reciente crecimiento de los grupos Yihadista como el Daesh. En resumidas cuentas, se nos llena la boca al hablar de igualdad pero hacemos todo lo contrario para lograrlo.

¿Y qué sucede en las logias masónicas? Pues en teoría somos defensores a ultranza de la Igualdad, pero todos conocemos logias donde unos cuantos imponen su criterio a los demás basándose en “usos y costumbres” de esa logia sin pararse a pensar que los usos y costumbres de una época pueden no ser los adecuados para otra y que un debate constructivo es lo mejor para saberlo. No. Se niegan en redondo. Imponen su antigüedad  como si eso fuera garantía de veracidad y otorgase a todo lo que dicen carácter de Ley indiscutible.

No toquemos ya el tema de los ritos, ¿Cuántos hermanos niegan a los ritos  que ellos no practican el ser, por decirlo de alguna manera, correctos? Olvidan estos hermanos que lo importante no es el rito que se practique sino que se haga correctamente y lleve al hermano hacia un perfeccionamiento de si mismo. No importa el camino, importa la meta Pero muchos parecen tan preocupados por el camino que olvidan la meta y no llegan a ella. Son como el profano que mira a un maestro cuyo dedo apunta al cielo en vez de mirar a las estrellas que este contiene.

Y no digamos de aquellos masones que creen que los masones son más iguales que los no masones sin darse cuenta que es justo contra eso que luchamos. Ser Masón es un “accidente” como lo es ser arquitecto o abogado. Unos lo somos y otros no. Lo que nunca debe olvidar un masón es que toda la humanidad ha de ser igual para nosotros. Todos y cada uno de los individuos que formar la raza Humana son hermanos y como tales han de ser tratados. Existe una frase muy interesante que dice: “Me han enseñado a tratar con igual respeto al conserje del hotel y al director del mismo” y así debería ser. ¿Por qué razón hemos de tratar diferente a un hermano y a un profano? Ambos son humanos, ambos son hijos del mismo GADU, ambos deben ser iguales ante  nosotros. No caigamos en la frase escrita en la obra “la rebelión en la granja” de Orwell “Todos somos iguales pero unos más que otros

Analizado todo lo dicho parece que la igualdad no existe en el mundo y, siendo sincero, creo que así es. No podemos hablar de igualdad real mientras nos creamos mejores o superiores a otras personas, mientras discriminemos por razones de sexo, raza, ideales políticos, religiosos o cualquier otro motivo. Pero cada uno de nosotros puede poner su pequeño grano de arena porque hasta la montaña más alta se compone de minúsculos granos de arena que suman. Tenemos que ver la Igualdad como un derecho inalienable de todo ser humano sin el cual no es posible construir una sociedad justa y recta. Sin igualdad es imposible que el ser humano pueda marcarse un plan de vida a futuro en el cual el acceso a las oportunidades sea justo y equitativo. Sin igualdad no se puede lograr el respeto ni la tolerancia…

Queda mucho por hacer, pero estamos en el camino. Caminemos pues.

1 comentario

    • arnaldo vera beltran el 6 abril 2017 a las 22:07
    • Responder

    Bueno es un concepto mas que das o se quiere aproximar,pero ese concepto como lo enmarcas encaja solo en nuestra tu dimencion… pero muchas veces hay que ser bidimencional, tridimensional y abarcar mas así no solo dejas de ser parametrado…

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