Historia, Iglesia y Masonería (2ª parte de 4)

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Puede leer la primera parte aqui: Historia, Iglesia y Masonería (1ª parte)

«La reconciliación entre los 2 hermanos. Masonería e iglesia.»

Cuenta la leyenda que la 1ª civilización fue la Atlante, obra exclusiva de los hijos de Caín. 

Ésta poseía un alto grado de tecnificación y era muy avanzada espiritualmente. Naufragó en las aguas del Diluvio(por falta de corazón) y entonces tomaron las riendas del mundo los descendientes abelianos. Su apogeo culminó con el asesinato de Hiram Abiff (por falta de conocimiento), representante de la generación de Caín pero subordinado a los abeles, mientras se construía el Templo de Salomón.

Nos cuenta el relato que Jesucristo vino para «resucitar» la tendencia cainesca muerta, en la figura de Lázaro, el hijo de la viuda, de manera que el «hermano maldito» pudiera participar en la obra del mundo.

Entonces, la rama de Abel trabajo en la elaboración de la conciencia humana con el instrumento de la Iglesia exotérica (mediante la FE), mientras la rama de Caín se ocupaba de la misma labor a través de la Masonería(por medio del CONOCIMIENTO).

Ambos hermanos separados debían conducir a la Humanidad a un estado de conocimiento que les permitiese comprender la obra CÓSMICA.

Sin embargo, en aquella época el intelecto estaba poco desarrollado como para que pudiera comprenderse las instrucciones ESOTÉRICAS de los cainescos, así que, resultaba más cómodo seguir el camino de la fe marcado por la iglesia EXOTÉRICA (principalmente la Católica).

Solo una pequeña hermandad tenía acceso a estos conocimientos, es decir, la masonería. 

Debido a la falta de comunicación entre los 2 hermanos, las 2 tendencias, Abel y Caín, la Iglesia exotérica y la Masonería esotérica, se generó el famoso enfrentamiento, que ha perdurado hasta nuestros días.  Aclarar que, quien tiene el enfrentamiento (en mi más humilde opinión) es la Iglesia «contra» la Masonería.

Hoy en día,  sabemos que ambos caminos son COMPLEMENTARIOS y tras la fe SIEMPRE aparece el CONOCIMIENTO.

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«El templo del Rey Salomón.»

Los descendientes de Abel construyeron poco desde el punto de vista de la tecnología. Las ciudades de entonces, fueron erigidas, levantadas por la raza de Cam (el hijo de Noé), en la cual se encontraba viva la tradición cainesca pero siempre subordinada a los Abel-Noé.

Éstos últimos, eran religiosos por naturaleza, aunque era una religiosidad pasiva, es decir, sin contribuir al progreso, a la obra(a través de la acción), sino por medie de la contemplación (Nota: Recordar que es necesario siempre pasar a la acción y no quedarse contemplando los proyectos, sin obrar…)

Si las voces de los dioses les ordenaban que cogieran a su primogénito y lo sacrificaran, ellos lo hacían, sin discusión, sin oponer a esa «Voz» un criterio propio. 

El objetivo principal de la creación era conseguir que el ser humano se formara con su PROPIO criterio. 

La virtud de la obediencia es propia de la etapa infantil, y por sí sola, es complicado que conduzca a la madurez.

… Durante un largo período Dios se comunicaba con sus siervos en el desierto, dónde más tarde, se construyó el Tabernáculo, la morada de la divinidad. Aquí, se clausuraban los sacerdotes con el fin de recibir órdenes del creador.

El «desierto» (en lenguaje simbólico), significa la parte de la psique que permanece «en blanco», sin colonizar todavía por la CONCIENCIA. Es por excelencia el dominio del INCONSCIENTE.

Era preciso, que esa comunicación con la trascendencia  «en el desierto» tuviera lugar en «el templo», en el propio edificio interior, en la psique humana.  Con tal fin Jehová concibió el plan de levantar esa obra arquitectónica que todos conocemos con el nombre de «El Templo de Salomón».

Salomón era el más insigne representante de la tendencia Abel-Noé; hombre hábil en todos los exorcismos del agua (ámbito simbólico de los sentimientos y emociones).

El sello de Salomón tiene la virtud de captar las fuerzas naturales y los grimorios para conjurar a los espíritus. Era un auténtico MAGO y su poder psíquico era inigualable.

El rey conocía todos los secretos del conjuro de los espíritus, que manejaba con destreza los elementos, que llamaba al trabajo a las Salamandras (espíritus del FUEGO), a las Ondinas (del AGUA), a las Sílfides (del AIRE) y a los Gnomos (espíritus de la TIERRA).  Aún así, desconocía el ARTE de CONSTRUIR.

El GADU (Gran Arquitecto del Universo) le facilitó todas las medidas necesarias, pero ningún hombre de su estirpe era capaz de llevar a cabo la OBRA.

Para poder edificarlo, Salomón tuvo que pedir ayuda a su amigo Hiram, el rey de Tiro, quien le facilitó los servicios de un maestro arquitecto llamado Hiram Abiff, representante del linaje Caín-Cam, es decir, un hombre hábil en el arte de las construcciones y el dominio de la PIEDRA. 

Por 1ª vez, los hermanos, las 2 tendencias, los Abel-Salomón y Caín-Hiram iban COLABORAR a la realización de una obra.

(Nota: queda la 3ª parte de este artículo, titulado por mí como «Historia, Iglesia y Masonería)

Atte. : Un servidor.

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p style=»text-align: justify;»>Sergio P.A. 

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