Hablemos de…. (13 de 17) – La tetraktys pitagórica

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Recomiendo a quien me lee la consulta de la obra de Arturo Reghini “La Tetraktys Pitagorica y El Delta Masonico” para ampliar conocimientos. No son muchas páginas, apenas una veintena. Aquí me limitaré a mostrar un pequeño esbozo de dicha obra por medio de un extractado del texto

…Según Proclo, jefe de la escuela de Atenas en el siglo V de nuestra era, Pitágoras fue el primero que elevó la geometría a la dignidad de ciencia liberal, y según Tannery, «la geometría salió de la cabeza de Pitágoras como Minerva del cerebro de Júpiter«….

…Para la matemática pitagórica, la unidad no era un número, sino el principio, el arcano de todos los números, digamos el principio y no el comienzo. Una vez admitida la existencia de otra unidad y de varias unidades, es de la unidad que van a derivar, por adición, el dos y todos los números. Los pitagóricos concebían los números como formados y constituidos o representados por puntos dispuestos de manera diferente. Definían el punto como la unidad posicionada, mientras que para Euclides el punto es aquello que no tiene partes. La unidad era representada por el punto (sêmeion = signo) o, cuando el sistema alfabético de la numeración escrita fue adoptado, por la letra A o a, que servía para designar a la unidad.

Admitida la posibilidad de la suma de la unidad, se obtiene el dos, representado por los dos puntos extremos de una recta, y se puede continuar añadiendo unidades y obtener, sucesivamente, todos los números representados por dos, tres, cuatro… puntos alineados. Se obtiene de esta manera el desarrollo lineal de los números. Aparte del dos, que no puede obtenerse más que por la suma de dos unidades, todos los números enteros pueden ser considerados como suma de otros números: por ejemplo, cinco es  5 = 1 + 1 + 1 + 1 + 1; pero también 5 = 1 + 4 y 5 = 2 + 3.

El uno y el dos no gozan de esta propiedad general de los números. Es por esto, que, al igual que la unidad, el dos no era para los antiguos pitagóricos un número sino el principio de los números pares…

…La tradición masónica está de acuerdo sobre el carácter sagrado o divino de los números impares, como lo prueban los números que expresan la edad iniciática, los de las luces, las joyas, los hermanos que componen un taller, etc. Dondequiera que se presenta una distinción, una polaridad, se tiene una analogía con la pareja del par y del impar, y puede establecerse una correspondencia entre los dos polos y el par y el impar; así, para los pitagóricos el masculino era impar y el femenino par, la derecha impar y la izquierda era par…

…Los números, empezando por el número tres, admiten además de la representación lineal una representación plana. El número tres es el primero que admite además de la representación lineal una representación plana, gracias a los tres vértices de un triángulo (equilátero). El número tres es un triángulo, o número triangular; es el resultado del acoplamiento de la mónada y de la díada. Se tiene así con la trinidad la manifestación o la epifanía de la mónada en el mundo de la extensión. Aritméticamente: 1 + 2 = 3….

…Los pitagóricos llamaban tetraktys todo conjunto o suma de cuatro cosas. Hay diferentes tetraktys, pero la que vamos a estudiar ahora es la tetraktys por excelencia, la tetraktys pitagórica por la cual los pitagóricos prestaban juramento

La tetraktys pitagórica, como la numeración hablada, ponen en evidencia la importancia del número diez por caminos que no tienen nada en común. Y ésta no es la única concordancia entre los números 4 y 10, ya que la lengua griega forma los nombres de los números de diez hasta 99 utilizando los de los diez primeros números, pero introduce un nombre nuevo para indicar 100, otro para 1000 y finalmente uno nuevo y último para indicar la decena de mil o miríada. La misma palabra múrioi, pero acentuada diferentemente, indica un número muy grande, indeterminado. En suma, la lengua griega dispone solamente de cuatro nombres, después de los nueve, para designar las cuatro primeras potencias de diez y se para en la cuarta potencia, como la suma de los números enteros se termina con el número cuatro en la tetraktys.

La fórmula poética del juramento pitagórico nos ha sido transmitida por diferentes autores; y su forma más corriente y más exacta es la siguiente:

«No, lo juro por aquel que ha transmitido a nuestra alma la tetraktys en que se encuentran la fuente y la raíz de la eterna Naturaleza». Una variante de esta fórmula se encuentra en los «Versos Dorados». …

El símbolo pitagórico de la tetraktys, en su forma esquemática de triángulo equilátero, coincide manifiestamente con la forma esquemática del delta masónico, así como con aquella del delta cristiano, símbolo de la Trinidad. Esta última asimilación se hace fácilmente, demasiado fácilmente incluso, sobre todo cuando en el interior está inscrito el ojo del Padre eterno. El carácter cristiano del símbolo masónico no es tan evidente cuando, como sucede a menudo, el centro del triángulo se adorna con el tetragrammaton, el nombre de Dios en cuatro letras, que los cabalistas denominaban por esta palabra griega; y desaparece totalmente cuando el triángulo está inscrito en la estrella de cinco brazos, el pentalfa pitagórico, como en el frontispicio de la Estrella Flamígera del barón de Tschoudy, a quien se le atribuye el ritual de primer grado del Rito Escocés.

Además, el delta sagrado que, con el sol y la luna, es una de las tres luces sublimes de la sociedad de los franc-masones, como lo enseña el ritual del Aprendiz, se encuentra, en los trabajos de primer grado, entre los símbolos del sol y de la luna, detrás del asiento del Venerable; mientras que en los trabajos de segundo grado es reemplazado por la Estrella Flamígera. Los años iniciáticos del Aprendiz y del Compañero corresponden a este cambio. Hay pues conexión entre los dos símbolos; y, como sin duda alguna la estrella de cinco brazos es un símbolo característico tanto de la antigua cofradía pitagórica como de la franc-masonería, la identificación del delta masónico con la tetraktys pitagórica se halla confirmada. De esto a decir que la estrella de cinco brazos tiene un carácter cristiano, bastaría con afirmar que fue ésta la que, según el cuarto Evangelio, se apareció a los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar; pero el cuarto Evangelio no se pronuncia sobre este punto; en cuanto a los Evangelios sinópticos, no mencionan siquiera a los tres Reyes Magos. Ahora bien, como los antiguos documentos certifican la continuidad de la tradición masónica que se invoca heredera de Pitágoras, vista la identificación de la masonería con la geometría y la pretensión de los masones de ser los únicos en conocer los números sagrados, nos parece que la identificación del Delta masónico con la tetraktys pitagórica está confirmada por argumentos más sólidos que su identificación con el símbolo cristiano.

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