Los registros akáshicos (de akasha, en sánscrito: cielo, espacio, éter), se definen como una especie de memoria (de todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos) que estaría registrada en el éter. En ese lugar, en ese eter, se graba o almacena todo el conocimiento del mundo, toda la historia del Universo, entendiendo por Universo el Universo entero, incluso aquél que no conocemos.
El adjetivo akáshico es un neologismo creado por la teósofa británica Annie Bésant (1847-1933), que proviene de ākāśa, un término existente en el antiguo idioma sánscrito de la India, que significa ‘éter’ Pero no hay ninguna palabra sánscrita que signifique «registro akáshico», a pesar de que el sánscrito es un idioma muy exhaustivo en lo que respecta a nombrar fenómenos paranormales.
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