Ciencia hermética – Los siete principios herméticos (y 8) – Generación

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El género está en todo, todo tiene sus principios masculino y femenino
el género se manifiesta en todos los planos
(El Kybalion]
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A simple vista, el principio descrito al comienzo de este trabajo parece ser un corolario del principio de polaridad; pero nada más lejos de ello. Si bien es polar, ya que debe cumplir la ley dicha, es todo un principio cuyo fin es generar, construir, en una palabra: crear.

Es importante diferenciar este principio del sexo.  El sexo es un modo de generación en ciertos planos y en ciertas formas de vida; pero el principio de género es Universal y actúa en todos los planos y sobre todo lo que existe. Los conceptos masculino y femenino han de ser entendidos en un plano mayor al de macho y hembra de la mera relación sexual.

 Los herméticos asocian lo masculino a lo positivo, al principio activo y lo femenino a lo negativo, al principio pasivo y, nuevamente, llamamos la atención al lector que aquí  los términos positivo y negativo no significan bueno y malo, mejor o peor.

 Es vital comprender todo lo dicho porque no pocas pseudo-escuelas herméticas que poco tienen de escuelas, y menos de herméticas, han hecho del sexo uno de sus puntos vitales llevando a sus adeptos a una promiscuidad sexual por el mal entendimiento de este principio.

 En el principio de género, lo masculino es la parte activa que dirige cierta energía inherente hacia lo femenino, que es la parte pasiva. La recepción de dicha energía por la parte femenina pone en marcha el proceso creativo; lo femenino siempre es creativo. Y así es en todos los planos. Y así se necesitan uno al otro ya que ni lo masculino ni lo femenino pueden generar por si solos.

Toda “cosa” posee en su interior ambos principios; como en el ying/yang 1 ; dentro de lo masculino existe lo femenino y en lo femenino existe lo masculino. Toda “cosa” macho posee también el elemento hembra y viceversa.

En el hombre, como especia animal, vemos ahora claramente que el sexo, y esto lo podemos hacer extensivo a toda reproducción sexual, es solo el medio para lograr la generación pero no el género, la creación en sí. Es más, hoy en día sabemos que el sexo no es necesario para reproducirse; pero si lo son los principios masculino y femenino. El óvulo femenino pasivo precisa que el espermatozoide masculino activo lo fecunde y lo “ponga a trabajar”, que obligue a lo femenino a crear.

Es sencillo ver y comprender este principio en el plano físico porque en todo momento somos testigos de su efecto pues la creación, la generación, es constante y, en todos los casos, es posible encontrar un principio activo (masculino) que actúa sobre un principio pasivo (femenino)

Pero ya hemos dicho multitud de veces a lo largo de esta serie que los principios herméticos son Universales, lo cual implica que todo lo dicho sobre este principio es igualmente válido en los planos mental y espiritual. Vamos a tratar un poco el género en el plano mental y nada en el espiritual. No porque no exista sino porque de nada nos sirve en nuestro estado actual de evolución.

El género mental ha sido reconocido por la psicología moderna aunque, como siempre, no de un modo completo y se han quedado en la existencia de una dualidad mental en la cual suelen asociar una mente o estado mental como bueno y otro como malo. Así, la psicología, trata de anular el “malo“para lograr la cura y equivoca su camino al olvidar el principio de polaridad y el principio de ritmo que, en conjunto, nos vienen a decir que el proceso “maligno” se cura logrando el equilibrio y no eliminando uno de los polos.

Thomson J Hudson 2 o Sigmund Freud3, entre otros, son ejemplos de lo escrito arriba. Nos hablaron de la mente activa y pasiva; objetiva y subjetiva; consciente e inconsciente, el Yo y el Super Yo….Estos hombres pisaron el camino pero no lo recorrieron en su totalidad completa. Si hubiesen aceptado los principios herméticos de generación habrían avanzado mucho más en sus estudios y resultados.

La ciencia hermética considera masculina a la llamada mente consciente o voluntaria y femenina a la inconsciente o involuntaria. La mayoría de los  hombres no son conscientes  de su inconsciente y además creen que es imposible serlo. Hemos dicho que es lo femenino lo que crea, si no logramos ser plenamente conscientes de nuestro lado femenino mental, de nuestro inconsciente, no podremos crear a voluntad.

Aún así, de vez en cuando, el lado femenino surge y “tenemos una idea”. Es un proceso simple, nuestra mente masculina consciente envía un problema y la mente femenina inconsciente la recibe y se pone en movimiento creando, generando soluciones, seamos o no conscientes de ello. La diferencia con los maestros y los iniciados es que al ser estos conscientes de su dualidad mental pueden dirigir sus pensamientos mentales a voluntad, pueden generar cuando quieren.

No es este el lugar para enseñar todo lo necesario, entre otras cosas porque no es un proceso de “ya está”. Es preciso comprender todos los principios herméticos, es preciso practicarlos, en definitiva, es preciso tiempo y trabajo; pero nada impide indicar donde comienza el camino.

Lo primero que debemos hacer es pensar sobre nuestro ser, volver nuestra atención hacia dentro de nosotros mismos. Lo normal es que se hagan conscientes de su individualidad y digan algo como “YO SOY”; sin embargo, a medida que se adentren en si mismos se irá colando un “mi”.

El “yo soy” piensa en el individuo, en nuestra presencia material; el “mi” es capaz de “separar” la mente del cuerpo, es capaz de pensar en su cuerpo como una parte mental del mismo. El “yo soy” y el “mi” son lo mismo en naturaleza pero muy diferentes en grado.

A poco que el iniciado sigue profundizando se da cuenta que existe “algo” que puede obligar al “mi” a actuar y permanecer luego a un lado. Ese algo es lo que denominamos “yo” y así, el iniciado, pasa de verse como una individualidad y decir “yo soy” a ser plenamente consciente de su dualidad mental.

generacion kybalion 2Queridos lectores, soy consciente que tanto uso del “yo” y el “mi” no es sencillo de comprender, sobre todo si han leído otros autores que denominan al mi de yo o ego y al yo de super-ego. Como siempre, lo importante es el concepto y no la denominación dada por cada autor o escuela. Lo que debe quedar claro es que existe una mente activa y una mente pasiva, una mente masculina y una mente femenina en todos nosotros.

Una vez conscientes de nuestra dualidad mental, nuestra mente activa será quién de proyectar la energía necesaria desde el “yo” hacia el “mi”; es decir, proyectar el querer que la creación mental sea iniciada por el “mi”. El principio masculino habrá actuado sobre el femenino y, una vez realizado su trabajo, dejará que el principio femenino completa la tarea con su proceso creativo.

El “yo” representa el principio masculino del género mental; el “mi” representa el principio femenino. El “yo” representa el aspecto del Ser; el “mi” el aspecto de venir a ser” [El Kybalion]

Y aquí lo vamos a dejar, no solo el estudio de este principio, sino el de los principios herméticos. A lo largo de ocho entregas he pretendido explicar por encima, muy por encima, los siete principios herméticos recogidos en el Kybalion. Ahora les corresponde a ustedes decidir si lo he logrado o no. Mi intención no ha sido otra que daros a conocer y marcar el comienzo del camino; a ustedes les queda seguir el viaje si es su deseo.

Entrega anterior:Ciencia hermética – Los siete principios herméticos (7 de 8) – Causación

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p style=»text-align: justify;»>Próxima entrega: Esta entrada es la última de la serie.

  1. El yin y yang son dos conceptos del taoísmo, que exponen la dualidad de todo lo existente en el universo. Describe las dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración.

    Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia. Estas dos fuerzas, yin y yang, serían la fase siguiente después del tao, principio generador de todas las cosas, del cual surgen.

  2. Thomson Jay Hudson  nació en Windham, Ohio, USA, el 22 de Febrero de 1834 y murió el año 1903. Fue defensor del contacto mental (hipnotismo y telepatía) así como con los espíritus a través de los médiums. Defendía la existencia de más de un mente en el individuo, lo que el denominaba subconsciente.
  3. Sigmund Freud ( (6 de mayo de 1856, en Příbor, Moravia, Imperio austríaco (actualmente República Checa) – 23 de septiembre de 1939, en Londres, Inglaterra, Reino Unido) fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.

    Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando progresivamente sus investigaciones hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales, de la que daría cuenta en su práctica privada.

    En su obra más conocida, La interpretación de los sueños (Die Traumdeutung, 1900), Freud explica el argumento para postular el nuevo modelo del inconsciente y desarrolla un método para conseguir el acceso al mismo, tomando elementos de sus experiencias previas. Como parte de su teoría, Freud postula también la existencia de un preconsciente, que describe como la capa entre el consciente y el inconsciente (el término subconsciente es utilizado popularmente, pero no forma parte de la terminología psicoanalítica). La represión, por su parte, tiene gran importancia en el conocimiento de lo inconsciente

1 comentario

    • Emmanuel Sanchez Rodriguez el 18 octubre 2014 a las 18:29
    • Responder

    Gracias master leere y releeré estos principios del Kybalion, que de momento si las concibo como algo muy irreal pero tangibles, tratando de comprender y asimilar reaprendiendo lo aquí señalado.

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