Artículo en colaboración con el hermano Victor Ruano, miembro de la Federación Espirita de España (https://espiritismo.es/ )
Si usted no está habituado a la nomenclatura espírita va a liarse un poco en esta entrada. Lo más que usted puede saber a causa de la educación católica que la mayor parte hemos recibido es que el Ser Humano posee un Cuerpo y un Alma. Sin embargo, según las enseñanzas de los Espíritus, es decir, según el espiritismo, eso no es del todo cierto. El Ser humano posee un cuerpo, un Alma, un Espíritu y un Periespíritu. En esta entrada intentaremos aclarar los conceptos.
Como curiosidad podemos decir que el cuerpo periespiritual o periespíritu del que habla la Doctrina Espírita, ya fue mencionado por el apóstol San Pablo 1 aunque la Iglesia Católica no se ha detenido a analizar e interpretar dichas palabras o, lo que sería peor, si lo ha hecho no lo ha reconocido-
“Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. (1 Cor. 15:44)
Los Espíritus
Dios no creó al hombre en el sentido que le damos nosotros, Dios creó – y sigue creando – Espíritus que se encarnan en seres como nosotros para poder evolucionar. Dicho de otro modo, la realidad es que somos Espíritus, seres eternos que vivimos en un mundo que sobrevive a todo y que precisa encarnar para evolucionar y hacerse perfecto 2
Podemos decir que los Espíritus son las almas de los que han vivido en la Tierra o en otros mundos 3 una vez que el Ser físico muere. Los Espíritus son seres vivos en el sentido de que son inmortales y son lo que realmente somos – ya sé que es complicado comprender y explicar esto – quizás lo mejor es decir que son nuestra realidad después de la muerte del cuerpo físico.
El Espíritu es una llama, una centella, es inmaterial, lo penetra todo, todo le es accesible y su compresión del mundo real está en función de su avance espiritual. Esto nos lleva a tratar los diferentes tipos de espíritus que existen. Allan Kardec, escribe en “El libro de los Espíritus” la siguiente pregunta y la correspondiente respuesta de los Espíritus:
Puede decirse que existen tres órdenes principales según su perfección, sin embargo, no hay una línea que marque el paso de uno a otro, es más, existen “infinitas” escalas en virtud de la espiritualidad:
- Espíritus puros; ninguna influencia de la materia. Superioridad intelectual y moral absoluta sobre los Espíritus de las otras órdenes.
- Espíritus buenos; predominio del espíritu sobre la materia y deseo de hacer el bien. Sus cualidades y poderes para el bien están en proporción al grado al que han llegado.
- Espíritus impuros; predominio de la materia sobre el espíritu. Propensión al mal, ignorancia, orgullo, egoísmo y todas las malas pasiones que de él derivan.
Analicemos la terminología porque es interesante. El termino Espíritu puro hace referencia realmente al Espíritu perfecto pues puro ya lo es. Estamos tratando de Espíritus como Jesús o Buda. Espíritus que no precisan de encarnar nuevamente porque ya lo han aprendido todo, son como los ministros de Dios, los que le sirven en primera instancia y se encargar de realizar lo que el dispone. Si Dios es el Jefe Supremo, ellos son sus Secretarios, sus lugartenientes.
El Espíritu Bueno es un espíritu ya avanzado, que comprende que lo material no es lo real y que desea hacer el bien y ayudar a los demás a avanzar.
Espíritu impuro es lo que podríamos haber denominado como Espíritu malo; sin embargo no existen Espíritus malos sino Espíritus ignorantes y que, en su ignorancia, hacen mal. Cuando un espíritu comprende la realidad no es capaz de hacer el mal. Por lo tanto, eliminar la ignorancia implica eliminar el mal.
Es interesante decir y conocer que los Espíritus conviven con nosotros en todo momento. Podemos no verlos – que es lo normal – pero estamos rodeados de ellos en todo momento. Los Espíritus pueden hacerse visibles si es necesario y si Dios lo permite. Es posible explicar por qué unas personas pueden verlos y otras no, incluso dos personas situadas en el mismo lugar al mismo tiempo puede suceder que uno vea y otro no. Explicaciones hay muchas, entre ellas que una posee el don de ser médium y la otra no, una necesita ver para creer y otra no, una no está preparada para creer todavía, o simplemente el Espíritu que se desea materializar no consigue vibrar en armonía con el Espíritu de alguna persona y al no sintonizar no somos quien de verlo…pero sea como sea, puede usted estar seguro que nos rodean y su trabajo principal es ayudarnos a evolucionar de acuerdo a los designios del Creador.
Alma
El Alma es el Espíritu encarnado; es decir, cuando un Espíritu encarna en un cuerpo se denomina Alma. Desde este punto de vista, Espíritu y Alma vendrían a ser lo mismo en esencia y solo marca donde se encuentra residiendo. El Espíritu como tal vive en el mundo espiritual, el Alma es el mismo Espíritu viviendo en el mundo material y, por lo tanto, encarnado en un Cuerpo.
Antes del Espiritismo se creía que el Alma era un ser creado por el Creador para animar al cuerpo y que desaparecía o se integraba de nuevo en Dios; eso implica la perdida de la individualidad de cada uno de nosotros, ya sea porque dejamos de existir por completo o porque nos fundimos en uno. El Espiritismo ha dado solución o respuesta a este sin sentido y nos dice que el Alma es realmente un Espíritu Encarnado, como hemos visto, es un ser real, individual que se depura gracias a dicha encarnación.
El propio Allan Kardec indagó sobre el Alma en “El Libro de los Espíritus”
Periespíritu
Hemos hablado de Espíritu y Alma y dado que en esencia son lo mismo, podemos concluir que ambos son puros y carentes de materia. Por otro lado, el Ser humano o de otro mundo donde encarne poseerá materia en mayor o menor grado. Es imposible del todo un contacto directo entre ambos y es ahí en donde entra el periespíritu 4. El periespíritu es un intermediario entre ambos, es lo que permite la comunicación entre ambos, su naturaleza semimaterial y sirve de intermediario entre el Espíritu y el cuerpo, y así debe ser, para que puedan comunicarse el uno con el otro. Por medio de este lazo, el espíritu obra sobre la materia y viceversa.
Cuando el Espíritu precisa de encarnar es necesario que se “materialice” y dicha materialización será mayor o menor según el mundo en el cual encarne. Poco más puedo decir que lo ya dicho por los Espíritus a Kardec, por lo tanto vamos a terminar esta entrada justo con dichas palabras.
Próxima entrega: El progreso espiritual y la vida después de la muerte.
- San Pablo, nombre por el cual era y es conocido Pablo de Tarso, originalmente Saulo de Tarso o Saulo Pablo, , nacido en el año 10 d. C., en Tarso de Cilicia (actual Turquía centro-meridional) y muerto como mártir en el año 67d.C, es conocido como el Apóstol de los gentiles, el Apóstol de las naciones, o simplemente el Apóstol, y constituye una de las personalidades señeras del cristianismo primitivo. Pablo no cambió su nombre al abrazar la fe en Jesucristo como Mesías de Israel y Salvador de los gentiles.
Su conocimiento de la cultura helénica —hablaba fluidamente tanto el griego como el arameo— le permitió predicar el Evangelio con ejemplos y comparaciones comunes de esta cultura por lo que su mensaje cosechó un pronto éxito en territorio griego. Sin haber pertenecido al círculo inicial de los Doce Apóstoles, y recorriendo caminos jalonados de incomprensiones y adversidades, Pablo se constituyó en el motor de construcción y expansión del cristianismo en el Imperio romano, merced a su talento, a su convicción y a su carácter indiscutiblemente misionero. Su pensamiento conformó el llamado cristianismo paulino, una de las cuatro corrientes básicas del cristianismo primitivo que terminaron por integrar el canon bíblico.
- Los Espíritus son creados puros pero no perfectos, el avance espiritual no implica aumento de pureza sino de perfección
- El libro de los espíritus nos dice que existen otros muchos mundos – planetas – habitados en diferente grado de evolución. El espíritu encarnará en uno u otro planeta en virtud de su avance espiritual y de lo que necesita para proseguir el mismo.
- La nomenclatura de cada escuela de misterios es diferente. Así algunas hablan de Cuerpo, Alma y Espíritu y asocian Alma a lo que en el espiritismo denominamos periespíritu. Dado que aquí llamamos Alma al Espíritus Encarnado era necesario encontrar otro término. Sin embargo, si se fijan, los conceptos esenciales son los mismos: un cuerpo material, un Espíritu puro inmaterial y un intermediario que permite su comunicación y/o unión.