Todos estamos más o menos de acuerdo en que el mal existe. En base a ello vamos a tratar la teodicea. Esta palabreja se emplea para tratar de conjugar la idea de la existencia del mal con la de un Dios bondadoso. Por lo tanto, en esta entrega filosófica partimos de las siguientes premisas:
- Dios es TodoPoderoso, Omnipresente y bondadoso.
- Dios es Perfecto en todo.
- Sin embargo, el mal existe en el mundo
Las religiones y los teístas han aceptado siempre estas ideas; pero muchos filósofos han argumentado que son ideas o premisas incompatibles. Si partimos de la idea de que un mundo sin mal es mejor que uno donde existe debemos concluir lo siguiente:
- Dios no es bondadoso porque siendo Todopoderoso no ha eliminado el mal.
- Dios es bondadoso pero no es Todopoderoso y por eso no ha podido eliminar el mal.
- Dios es bondadoso y Todopoderoso pero no es Omnipresente y no se ha enterado aún que existe el mal.
El caso es que cualquiera de esas opciones implicaría la posibilidad de un Ser superior, mas perfecto que el Dios por lo que, por definición, nuestro Dios no sería Dios.
Una posible solución que permita que el mal exista sin que Dios “pierda sus poderes” es afirmar que Dios creó el mundo; pero el mal es cosa del hombre. En su bondad, Dios creó al hombre y lo hizo libre, no esclavo. Le dio normas; pero también le otorgó el libre albedrío para cumplirlas o no. La única forma de evitar que el mal apareciese sería hurtar al hombre su libre albedrío, su propia libertad y, por extensión, hacerlo un esclavo.
¿Qué es mejor? ¿Un hombre sin voluntad en un mundo sin mal o un hombre con voluntad propia en un mundo donde existe la maldad? Dios eligió lo segundo: creó a la Humanidad libre de elegir su camino y, por ello, hizo posible la existencia del mal.
Observe el lector que el mal existe porque lo hacemos; pero podemos elegir hacer el bien. Dios, con su elección, deja la puerta abierta a un mundo sin mal si toda la Humanidad hace el bien, lo correcto y, además, sin hurtad la voluntad e independencia del hombre. En la primera opción la humanidad jamás tendría voluntad propia, más que ante un ser humano estaríamos ante un robot que siempre haría lo que Dios ordena. Los místicos resumen todo esto que hemos comentado en una famosa sentencia: “El mal no existe, es la ausencia del bien”
Pero…lo dicho solo pone solución al debate en el mal causado por el hombre, no en el resto de males que nos amenazan por haber nacido en el planeta Tierra. Existen huracanes, terremotos, enfermedades mortales…que causan males, dolores, sufrimientos y muerte de inocentes y surge la pregunta: ¿Por qué no evita esto Dios? ¿Por qué lo permite?
Leibniz responde que no lo hizo porque este es el mejor de los mundos posibles. Nadie duda que ciertos aspectos de la naturaleza son malos para la humanidad, como los huracanes, pero si no existiesen huracanes, tempestades o vientos, las elegantes leyes naturales que rigen el comportamiento climático tampoco podrían existir y el mundo sería peor … o incompleto.
Por lo tanto, Dios eligió siempre la opción menos mala y, eligiendo siempre lo menos malo, no podemos poner en duda su bondad infinita.
Sin embargo, algunos filósofos creen que Dios no pudo elegir un mundo mejor sino que optó “entre lo que podía”. Este punto no niega su bondad puesto que eligió lo mejor pero si niega su poder al no poder crear algo mejor y tener que ceñirse a lo que había. Es similar a usted cuando compra algo para sus hijos. Busca lo mejor pero siempre hubiese querido algo aún mejor, solo que no existe. Este punto de vista “degrada” a Dios en su poder y lo “humaniza”
Y usted ¿Qué piensa? Es su turno de filosofar.
Próxima entrega: Filosofando un poco (7 de 10) – La verdad
1 comentario
En mi opinión pienso que los caminos están y está en cada uno la decicion de cual tomar .eso no tiene que ver con que tan bueno o malo o omnipresente o fuerte sea Dios ,cada cual busca como proyectar lo que lleva dentro de una u otra forma ya sea en palabras o Actos ,la maldad es sólo una elección .