Las Virtudes (5 de 7) – Tolerancia

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«La tolerancia es una virtud que hace la paz posible.«
Kofi Annan

Cuando hablamos de Masonería solemos afirmar que esta se asienta en tres pilares básicos que son la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad; por otro lado, estos principios son entendidos por la mayor parte de los ciudadanos como pilares básicos sobre los que es posible asentar un gobierno democrático.

Sin embargo, no ocurre lo mismo con la tolerancia, pues la intolerancia ha sido y sigue siendo la regla de la humanidad; y créanme cuando les digo que sin Tolerancia nada de lo anteriormente hablado será posible. Al hombre, en su concepto más amplio de Ser Humano, es decir, hombres y mujeres de todas las razas, le cuesta entender la tolerancia y más aun practicarla, pues creemos que nos obliga a soportar estoicamente cualquier cosa que diga o haga el otro: es falso. Lo que siempre debemos respetar son las personas, no sus opiniones.

Podríamos definir la Tolerancia como una disposici￳ón para convivir de modo pacífico y armonioso con otras personas cuyas creencias, ideas o costumbres son diferentes a las nuestras. Este punto es clave pues permite respetar al otro y al mismo tiempo expresar nuestro punto de vista. De todo debate, de todo intercambio de ideas se aprende y ambas personas saldrán enriquecidas en conocimientos si aplican la tolerancia mutua. En virtud de esta tolerancia, ambas personas no tienen porque convencerse mutuamente o una cambiar de idea para adecuarse a las ideas del otro; esto puede suceder o no; lo importante es que ambas se respeten y, dicho de otro modo, respeten el derecho de que cada uno piense y opine lo que desee.

Cada uno de nosotros tiene el derecho a tener sus propias convicciones, creencias, ilusiones y esperanzas. Ser tolerante no nos obliga a silenciar nuestra forma de pensar para no «herir» a quienes piensan de otro modo. Si, nos obliga a respetar a las personas, para lo cual es recomendable ser cort←s.

Fíjese el amable lector que de todo lo dicho se deduce claramente que la tolerancia es de doble direcci￳ón, es decir que el precio de no prohibir la conducta del pró￳jimo tiene como contrapartida que este haga lo mismo. Ser tolerante no implica ser complaciente, ni ser débil. Lo único que no podemos tolerar es la intolerancia.

La intolerancia religiosa, política o de cualquier otro tipo ha llevado a la humanidad a cometer los más horrendos crímenes en nombre de un Dios, de un ideal o de la pertenencia o no a una raza. Ahí están las cruzadas, el holocausto o, más recientemente, los atentados cometidos por el Daesh. Solo fomentando una educaci￳ón cuya base sea la libertad de conciencia podremos avanzar en el campo de la tolerancia. Mientras las instituciones religiosas o políticas muestren más interés en que las personas sean leales a lo que ellas promulgan mal vamos pues ello impide la libre expresió￳n de ideas contrarias, del pensamiento propio y de las convicciones que cada cual pueda poseer. No se trata de anular las religiones, los partidos políticos o cualquier otra institución, se trata de verlas como opciones posibles que convencer a unos y no a otros y de ver a quienes formen parte de ellas como iguales a nosotros en derechos y obligaciones, de modo que cada cual pueda hablar y defender sus ideas libremente.

Lo que realmente se opone a la tolerancia es el fanatismo, propio muchas veces no de los más convencidos, sino de quienes pretenden acallar sus propias dudas cerrando la boca y maniatando a los demás. El tolerante suele ser un convencido real de sus ideales que no precisa acallar a los demás para no verse superado. Permite la libre exposici￳ón de otras opiniones sin miedo a que estas puedan hacerle cambiar de idea porque sabe que si eso llega a suceder lo haría sin problemas. El intolerante se afianza a su dogma como a un clavo ardiendo, cree a pie juntillas y no permite que nadie ponga en duda sus creencias…no sea que estas desaparezcan y quede huérfano de ideales

Veamos que no es tolerancia
La tolerancia no es indiferencia: La indiferencia es no sentir nada ante nada. No es posible ser tolerante si se es indiferente. Por ejemplo, una persona para quien las cuestiones religiosas no son una preocupaci￳ón, no puede ser calificada de tolerante en materia religiosa.

La tolerancia no es sumisi￳ón: La sumisió￳n es aceptar algo por obligaci￳ón (sea esta reconocida o no). Para que haya tolerancia, debe existir una elecci￳ón deliberada. Só￳lo se puede ser tolerante con aquello que uno tiene el poder de elegir en ambos sentidos, es decir, de aceptarlo o no.

La tolerancia no es simple respeto: Pero entendamos bien esto. Respetar implica comprender algo y juzgar como favorable algo que actúa sobre nosotros. Tolerancia va más allá, tolerar implica soportar algo tengamos el juicio que tengamos sobre ello; es decir, podemos odiar lo que toleramos pero no lo que respetamos.

La tolerancia es un ejercicio constante de cada uno de uno de nosotros y solo es posible si la practicamos día a día. La Tolerancia es, en definitiva, una conquista personal de cada cual…y nada sencilla de lograr.

1 comentario

    • Alejandra el 10 mayo 2017 a las 00:05
    • Responder

    Muchas gracias por tan claro artículo. Lo único que pienso diferente es que la tolerancia sea soportar algo. Si soportamos estamos resistiendo. Si estamos resistiendo algo no estamos aceptando la existencia de otra forma de pensar, por lo tanto es una forma de intolerancia. Un respetuoso TAF

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