Herramientas masónicas ( 4 de 8) – La palanca

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Vamos a hablar de una herramienta singular, vamos a hablar de la palanca. Esta herramienta no sirve para tallar la piedra, pero es indispensable en toda construcción al permitir mover y colocar en su lugar piedras de gran tamaño. Su manera de trabajar es peculiar pues, la fuerza no viene de uno mismo, sino que se aplica sobre ella y, cuanto más lejos se aplica del objeto a mover, mayor facilidad para hacerlo.

Aprendemos así que lo más cercano no siempre es lo mejor, que muchas veces es necesario tomar distancia para lograr los objetivos pensados.

Pero volvamos a la herramienta de la que te hablo aquí, la palanca. Todos sabemos que cuanto más lejos nos encontremos con mayor facilidad conseguiremos levantar el peso (recordamos que la palanca masónica es de primera clase). El secreto es pues la distancia. Si queremos levantar algo con nuestras manos debemos acercar el peso lo más posible al cuerpo para hacerlo, pero con la palanca es justamente lo contrario: hemos de situarnos lo más lejos posible en la palanca.

Si analizamos lo dicho anteriormente vemos claramente que es preciso tomar distancia. Desde un punto de vista hermético nos dice que es preciso alejarse, tomar distancia, para tener un punto de vista de conjunto ante las dificultades. Vulgarmente decimos que muchas veces el árbol no deja ver el bosque, es preciso alejarse, subir a una montaña y contemplar el bosque en conjunto para poder apreciar su completa belleza. Lo mismo ocurre con el ser humano. Nuestra Alma, lo más valioso que el hombre posee, no es percibida si miramos muy de cerca, veremos un vacío y ecos de lo que creemos ser. Nuestra mente se centrará en lo que tiene más cerca y nos confundirá; pero, si tomamos distancia veremos que nuestra conciencia, nuestra visión de nosotros mismos, empieza a tomar perspectiva, y de esta manera, al no estar pegados y confundidos con uno mismo, nuestra fuerza empieza a crecer. Sin embargo, al principio parecerá que es todo lo contrario, que alejarse nos hace más débiles, más vulnerables. Sin embargo, no es así.

Realiza por tanto ese esfuerzo de elevar tu conciencia sobre ti mismo, y luego busca un punto de apoyo justo y fiable. Ese será el punto, que absorberá realmente la fuerza, proyectada posteriormente, multiplicada ella misma, por cien o mil, y que proporcionará movimiento al peso imposible. Ese punto de apoyo no está fuera de ti, si no que es el punto central de todo tu ser. Es el único lugar, que realmente tiene una cualidad noble y distinta; es el único lugar en el que el hombre puede apoyar sus acciones para situarse fuera de la influencia de la ley del accidente. Aprende a encontrar este punto central y habrás comenzado a resolver el enigma de la cuadratura del círculo[Jato, Jose Miguel – Secreta Scala Artis (Los catecismos de Knum I)]

Vemos pues que más que nunca, es necesario el VITRIOL, conocernos y rectificarnos por dentro pues, es justamente en nuestro interior donde se encuentra el punto de apoyo necesario para que nuestra Alma pueda ser reconocida y purificada, espiritualizada, y avance en su camino.  Sin embargo, no solo existe este punto de apoyo o, mejor dicho, este punto de apoyo se forma con la unión de otros dos respondiendo así a la conocida Ley del Triangulo por la que de dos puntos, acciones o estados se genera siempre un tercero. Es el paso del dos al tres, de la dualidad a la trinidad que representa la vuelta a lo divino, a la generación y la creación a escala humana pues, solo el Uno, solo el GADU puede crear directamente.

El primer punto donde se ha de apoyar el hombre es «la Compasión». Este punto de apoyo es el lugar desde el cual el hombre debe asentar su manifestación sentimental. Decía el gran Chico XavierSin compasión, sin caridad, no hay salvación” Y así es. El ser humano ha venido a este mundo para servir a sus semejantes. Cuanto más nos purificamos y elevamos hacia la consciencia de nuestra Alma más nos damos cuenta que lo verdaderamente importante es el trabajo realizado para ayudar a los que más lo necesitan. “Dar es mejor que recibir” nos han dicho siempre los grandes maestros de todos los tiempos. Deja que la compasión sea la fuerza motora que tire de todo su ser. Los sentimiento son fuego, fuego en el corazón, que calienta y alumbra tu Alma y a todos los que a ti se acerquen. La compasión es un crisol donde todo lo malo se quema porque aquel que hace lo correcto, atrae, antes o después, lo correcto.

El segundo punto de apoyo sobre el cual has de afianzarte es la Justicia…y no te será fácil. El mundo está repleto de gente mala e injusta de la cual, aplicando el primer punto anterior, deberás tener compasión. Será esta una prueba de fuego que deberás pasar en tu camino hacia la Luz. Verá también que la justicia humana, como todo lo que no es Divino, es falible y muchas veces injusta. Lo legal no siempre será justo; pero poco podrás hacer para cambiar muchas de estas injusticias; mas debes intentarlo. Como Iniciado tienes el deber de señalar todo lo que no es correcto y está será otra de las pruebas de tu camino pues ir contra lo establecido hará que muchos te den la espalda y te señalen como alguien problemático, que ataca los status establecidos. Jamás dejes que esto de impida señalar lo injusto.

Lo injusto suele surgir por beneficio de quien crea la ley para ganancia propia. Cuando el hombre se apega a una idea y desea algo no razona justamente, se centra en lograr su objetivo a toda costa sin pensar si es justo lo que hace, si aquello que ansía debe o no se poseído por su persona, El individuo se materializa y lo desea todo, ya no se trata de compartir, de ayudar a los demás, sino de poseer y ayudarse a uno mismo. No caigas en este vicio, piensa en todas las guerras absurdas que tienen su origen en este vicio individual y colectivo del hombre.

Haz uso de la palanca para, incrementando la distancia en su visión, mover el obstáculo. Podrás así apreciar si lo que haces es justo o no porque conseguirás ver como tus decisiones afectan al resto de los seres humanos, a la naturaleza y a todo lo que te rodee. Evitarás la obsesión, que es lugar desde el cual, los hombres que no han aprendido el Oficio y que desconocen el Arte, ven y explican el mundo.

Aprende por tanto bien esta herramienta, aprende a encontrar los obstáculos que hay que mover y que el accidente depositó en el suelo. Aprende a buscar el punto de apoyo que no está influido por esta ley, y aprende sus dos expresiones: la Compasión y la Justicia.Aprende todo esto, primero en tu alma, y luego ve a la Obra, a ser digno Artista al servicio del Supremo Arquitecto.

[Jato, Jose Miguel – Secreta Scala Artis (Los catecismos de Knum I)]

1 comentario

    • Emmanuel Sanchez Rodriguez el 5 agosto 2017 a las 00:25
    • Responder

    excelente mensaje que habra que reflexionarse para volverlo parte nuestra

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