(Rápido con o sin fallos)
Las virtudes cardinales
Para hablar de Las Virtudes Cardinales hay que detallar los conceptos de Virtud y Cardinal.
Una virtud se dice de una cualidad que permite a quien haga uos de ella, tomar y llevar a cabo las opiniones correctas en relación con unos valores y razonamientos.
El virtuoso es el que está en camino de poseer una sabiduría, porque sabe cómo alcanzar sus objetivos sin pisar las de los otros, ya que, sitúa a los demás de su lado y los lleva a alcanzar una meta diferente.
La palabra cardinal se deriva del nombre latino «cardo», que identificaba, en las ciudades romanas, a la calle trazada de este a oeste y que pasaba por el centro de la ciudad. Esto significa que el único punto verdaderamente cardinal, al menos desde el punto de vista etimológico, debería ser el Norte y en menor grado, el Sur. Por eso se usa la expresión «de una importancia cardinal» cuando se quiere resaltar esa importancia.
En La Antigua Grecia la excelencia ciudadana se lograba con el cultivo de tres virtudes: La Valentía, La Moderación o Equilibrio y la Justicia; estas tres virtudes formaban un ciudadano relevante, útil y perfecto. Pero es Platón, cerca del 395 a.C., en su obra “La Republica”, quien añadió una cuarta, llamada “La Prudencia”; y las describió como “Las cuatro virtudes del Estado perfecto: prudencia, valor, templanza y justicia”.
Justicia: Consiste en dar a cada uno lo que le corresponde con equidad, respecto a los individuos y al bien común. La justicia es principio fundamental de la existencia y coexistencia de los hombres, como asimismo de las comunidades humanas, de las sociedades y los pueblos. Platón describe la justicia como la virtud que funda y preserva las demás, porque sólo cuando alguien comprende la justicia puede conseguir las otras tres virtudes, y cuando alguien posee todas las cuatro virtudes es la justicia que las mantiene todas juntas.
Prudencia: es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela. Según el Catolicismo la prudencia dispone la razón a discernir el verdadero bien del mal para cada circunstancia, y a elegir los medios adecuados para realizarlo. La Prudencia es un juicio ordenado, que juzgará si en un determinado caso, nos podemos comportar de un modo que no sea el adecuado.
Templanza: es la virtud moral que regula la atracción por los placeres, y procura el equilibrio en el uso y disfrute de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la solidaridad. Se refiere al dominio, principalmente, del gusto y del tacto, que son los dos sentidos más afines con esta virtud, que impone la razón, de forma que el ser Humano se guíe por la moderación y no sea esclavo de los placeres sensibles.
Fortaleza: es la virtud que da valor al alma para poder afrontar con coraje y vigor los riesgos, moderando el ímpetu de la audacia. Consiste en tener el valor y la constancia para perseverar en una obra buena hasta el final, no importando los obstáculos o soportando una mala situación con paciencia e inteligencia hasta el final sin derrumbarse.
Att:. Un servidor
Sergio P.A.
1 comentario
Muy interesante, me ayudó muchísimo.
Gracias