Cuando se habla de los tres puntos, la mayor parte de los masones piensan en los que se incluyen en algunas firmas, debemos saber que la costumbre de colocar tres puntos bajo la firma de un masón no es tan antigua como se pueda pensar. Aparece por vez primera el 12 de Agosto de 1774 en una circular del Grande Oriente de Francia en la que se comunica un nuevo valor de la anualidad y la mudanza del local. Si bien es cierto que el masón debe sentirse orgulloso de usar los tres puntos en su firma, esto no constituye una obligación, considerando que habrá ciertos casos en los que por razones políticas, profesionales, familiares, etc, el masón puede tener la necesidad de no manifestar abiertamente su condición. Y hemos de tener en cuenta que la persona que usa los tres puntos en su firma no tiene porqué ser necesariamente un masón; puede hacerlo por casualidad o porque lo ha visto y le ha gustado sin conocer el trasfondo de la cuestión.
Por otro lado, el uso de los tres puntos se ha extendido en lo que podemos denominar escritura tripuntuada, es decir, las siglas o acrónimos que solemos emplear en nuestros textos como por ejemplo Q.·. H.·. , V.·. M.·., Ap.·.
No obstante, confirmando lo dicho, vemos que en la Constitución de Anderson, documento básico de la Masonería denominada Moderna, publicada en Londres en 1723, no se usa en lugar alguno la escritura tripuntuada.
Esta manera de escritura, cuyo objetivo principal era ocultar la compresión de los textos al entendimiento de los profanos, no ha sido exclusiva de los masones; en la Corte Pontificia de Roma existía un tribunal denominada “Tribunal de la A.·.C.·.” que era escrito justamente con las letras A y C seguidas de tres puntos. Para algunos era interpretado como Augusta Consulta, para otros Auditoris Curea e, incluso, Auditor Camarae.
Solo por poner un ejemplo, en el Ritual de Aprendiz de la GLESP (Gran Logia Estado de Sao Paulo) las iniciales no siempre van seguidas por los tres puntos, tal es el caso de las iniciales contenidas en las páginas 13, 14, 23, 77, 78, 79, etc. de la edición de 1989. (Fuente: VH Ethiel Omar Cartes en Temas para o aprendiz maçom)
El significado simbólico de los tres puntos está, evidentemente, relacionado con el Ternario y como todos sabemos, el significado es variado y abraza todos los símbolos relacionados con el número tres. El primer punto es el origen creador de todo lo que existe, el Uno, la Monada, el Principio Fundamental, la Unidad, es Dios, nuestro G.·.A.·.D.·.U.·.. Los dos puntos inferiores son la Dualidad, son generados por el primer punto y, si se juntan, vuelven a ser la Unidad, de la cual han nacido.
El punto superior corresponde al Oriente de la Logia, que es el mundo Absoluto de la Realidad, es el Delta Sagrado, y los dos puntos inferiores corresponden al Occidente, o sea, el Mundo relativo, el dominio de la Apariencia, son las dos columnas, como un emblema más de la dualidad.
Todo esto que te acabo de contar lo explica también Lagvanini en los siguientes términos:
Los tres puntos masónicos constituyen el más simple y característico emblema del Ternario. Eligiendo este símbolo juntamente con la escuadra y el compás, como distintivo de la Orden, los Fundadores de la misma dieron prueba de una perspicacia y sabiduría que quien conoce el valor oculto de las cosas nunca puede negarles.
Estos tres puntos sintetizan admirablemente el Misterio de la Unidad, de la Dualidad y de la Trinidad, o sea el Misterio del Origen de todas las cosas y de todos los seres.
Encontramos estos tres puntos, armónicamente juntos y diferenciados en una Unidad Oriental y una Dualidad Occidental, en las tres Luces del Ara, en torno del Libro de la Tradición que llega a través de los siglos la Eterna Verdad, y de los instrumentos que se necesitan para comprenderla y aplicarla. El punto superior representa, como es evidente, la Unidad Fundamental o Primer Principio Preantinómico, Originario e Inmanente, del cual todo tuvo nacimiento. Es el Absoluto, el Ain-Soph cabalístico, que existe “en principio”, y en el vual existen en principio todas las cosas.
Brahma, Vishnú y Shiva, el Creador, el Conservador y el Destructor del Universo; Osiris, Isis y Horus, o sea el Padre, la Madre y el Hijo, forman en Él una sola persona y un solo ser, una única indivisible Realidad. Es SAT “lo que es” el fundamental Principio inmanente y trascendente de toda existencia, el Fulcro Central Inmóvil que es Origen y Principio de la Creación.
Los dos puntos inferiores son, igualmente, una imagen de la Dualidad; los mismos dos Principios que representan las dos columnas, de cuya unión y de cuyas múltiples acciones y reacciones aparece producida la multiplicidad fenoménica del Universo. Cada uno de ellos es un distinto aspecto de la Unidad Primordial Originaria, que permanece indivisa e indivisible en su dúplice aparente manifestación: el uno existe en cuanto existe el otro, y los dos se resuelven en el Principio Fundamental del cual tuvieron nacimiento. Y efectivamente, si hacemos acercar los dos puntos inferiores, con movimiento igual, al punto superior, se aproximan igualmente el uno al otro, y cuando se juntan con éste, también se juntan mutuamente
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1 comentario
Muy bueno…