El ocultismo

Logotipo de la S.P.R
Sociedad para la investigación Psiquica

Según la creencia popular, resolver el enigma de lo desconocido constituye la tarea de las ciencias exactas.  Pero, si fijamos el inicio a partir del sistema de Copérnico, hace cerca de cuatrocientos años, debemos admitir que la historia natural moderna es todavía muy joven, a la vez que los testimonios de lo oculto que han llegado hasta nosotros datan de miles de años.

Según el diccionario de Meyer, al comienzo de nuestro siglo 1 el ocultismo era considerado como “la doctrina de las cosas todavía misteriosas y, más exactamente, el esfuerzo en el sentido de investigar y explicar científicamente lo oculto. Lo desconocido, lo escondido, aquello que no fue sometido a la experiencia, se poder en el futuro perceptible y en el eterno incognoscible”

Hoy en día, en números redondos setenta años más tarde 2, un naturalista no puede conformarse solo con el concepto de Eterno incognoscible.

Ha sido un regla presentar el concepto de oculto en un ámbito estrictamente limitado que alcanzaba las profecías, la adivinación del futuro, los sueños verídicos, la transmisión del pensamiento, la aparición de almas de los difuntos, los espectros, curaciones, acontecimiento sin explicación aparente, lectura del pensamiento, cartomancia, espiritismo y podríamos seguir en ese sentido, hasta los espectáculos de circo.

La ciencia moderna comenzó a ocuparse de estos fenómenos hace apenas unos 100 años, hacia el 1882, con la fundación en Londres de la English Society for Psychical Research (SPR) 3 , en la cual colaboraban también algunos profesores universitarios y el físico Barret 4 . El material de esta disciplina en la frontera de la ciencia estaba compuesto por testimonios bien comprobados y hacían de la experiencia su método.

Desde el principio, los investigadores no tardaron en separar algunos fenómenos – tal vez por evocación de los espíritus – y relegarlos a la esfera espirita. El objetivo central de la investigación era la telepatía, expresión que deseamos clasificar como la facultad de ver a lo lejos, superando los límites del tiempo y el espacio.

En realidad, la ciencia natural se ha ocupado de este fenómeno, siempre confirmado, desde épocas anteriores tal y como hace el enciclopedista Frances Bacone (1561 – 1626) que en su Sylva Silvarum cita:

“Es una experiencia ampliamente conocida que los perros están en condiciones de distinguir aquellos encargados de matarlos y cuando, tal vez en tiempos de epidemias, alguien es enviado a buscar perros para eliminarlos, estos inmediatamente se aperciben de él, ladran y huyen, aunque nunca lo hayan visto antes de ese momento”

Las relaciones entre la fuerza de la imaginación y los misteriosos casos de la naturaleza son tan inciertas que requieren una cantidad de pruebas antes de poder alcanzar conclusiones. Por la contra, aconsejo una indagación básica para descubrir si existen eventuales relaciones de simpatía secreta entre personas consanguíneas como padres, hijos, hermanos, hermanas naturales o de leche, esposos, esposas, etc. La historia nos muestra muchas noticias de personas que, en caso de muerte, tuvieron sensaciones muy fuertes con personas ligadas a ellas estrechamente.

Estas mismas uniones podrían existir también entre los grandes amigos y enemigos y a veces el nexo se manifiesta en otra persona más que en el propio interesado. Philippus Commineus (un escritor con serias deudas) refiere que el arzobispo de Viena (sacerdote muy respetado), cierto día, después de misa, dijo a Luis IX, rey de Francia: Majestad, vuestro mortal enemigo está muerto. Y en ese mismo momento Carlos, Duque de Borgoña, caía muerto en la batalla de Granson, en lucha contra los suizos”

Tales opiniones parecen ya bastantes modernas, toda vez que se fundamentan en la experiencia y es significativo el hecho de que no de los más originales y notables filósofos alemanes, Arthur Schopenhauer 5 , llegase a resultados análogos siguiendo caminos puramente especulativos. En su obra sobra las Visiones (Geistersehen, 1851) trata de los fenómenos telepáticos de manera tal que, abstrayendo su forma confusa, anticipa a los jueces contemporáneos:

“El magnetismo animal, la cura por simpatía, la magia, la segunda visión (intuición), los sueños verídicos, las apariciones y visones de todo tipo son todos fenómenos afines, ramas de un mismo tronco, que ofrecen seguras e irrecusables indicaciones de u nexo de la realidad que reposa sobre todo un orden de cosas diferentes de aquellas que constituye la naturaleza en cuya base están las leyes del espacio, del tiempo y de la casualidad; mientras que aquella otra orden yace mucho más profunda, es más originaria e inmediata, en razón a que en frente a ella son desnudadas de todo valor las primeras y generales leyes de la naturaleza, por ser puramente formales. En consecuencia, en esta orden el espacio y el tiempo no dividen más a los individuos y el aislamiento que se asiente precisamente en aquellas formas no establece ya fronteras inseparables a la comunicación del pensamiento y a la influencia directa de la voluntad”

La parapsicología, que gradualmente conquista más terreno en las Universidades, lleva en consideración el individuo hasta donde la misma es capaz, en los casos telepáticos, un transmisor y un receptor, pero ya en la clarividencia excluye al transmisor. Con seguridad, en este caso el receptor adquiere su “ciencia” sin la actividad de ningún transmisor ajeno.

Siendo así, en las aspiraciones científicas de nuestro tiempo permanece una gran incógnita que no se diferencia en absoluto de la ignorancia de las masas. Pero una diferencia existe, en verdad, y esta radica en el hecho de que la ciencia está en vías de examinar esta incógnita, al tiempo que el pueblo se resigna, como siempre, a lo inexplicable y lo acepta como algo que está ahí.

Y, como siempre les digo: Investiguen y aprendan, no den nada por definitivo, es la única manera de alcanzar la Luz.

NOTAS

  1. El autor se refiere al siglo XX (1900 a 1999) y no al siglo actual XXI (2000 a 2099)
  2. Tenga en cuenta el lector que esto fue escrito hacia el 1982.
  3. The Society for Psychical Research (SPR) es una organización sin ánimo de lucro en el Reino Unido. Su propósito declarado es entender los acontecimientos y habilidades comúnmente descritas como fenómenos paranormales o psíquicos. Se describe a sí misma como la «Primera sociedad para llevar a cabo la investigación académica organizada en experiencias humanas que desafíen los modelos científicos contemporáneos»  Web oficial: https://www.spr.ac.uk/ (Acceso: 09/03/2017)
  4. Sir William Fletcher Barrett (10 Febrero 1844 en Kingston, Jamaica – 26 Mayo 1925) fue un físico inglés y también se dedicó a la parapsicología.
  5. Arthur Schopenhauer (Danzig, 22 de febrero de 1788-Fráncfort del Meno, Reino de Prusia, 21 de septiembre de 1860) fue un filósofo alemán. Su filosofía, concebida esencialmente como un «pensar hasta el final» la filosofía de Kant, es deudora de Platón y Spinoza, sirviendo además como puente con la filosofía oriental, en especial con el budismo, el taoísmo y el vedanta. En su obra tardía, a partir de 1836, presenta su filosofía en abierta polémica contra los desarrollos metafísicos postkantianos de sus contemporáneos.

    Su trabajo más famoso, Die Welt als Wille und Vorstellung (El mundo como voluntad y representación), constituye desde el punto de vista literario una obra maestra de la lengua alemana de todas las épocas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.