Hablemos de… (16 de 17) – La cabala(2 de 3) – El zohar

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El Zohar, o segundo trabajo explicativo de la Cábala, ha sido llamado con justicia la «Biblia» de los cabalistas. Sobre su autoría, desde antiguo se manejan dos puntos de vista:

      1. La tradición cabalística afirma que fue escrito en arameo por Rabi Shimon bar Yojai, un Tana de la Mishna (Ley Oral).
      2. Otra teoría dice que debido a múltiples aspectos, tales como no aparecer citado en el Talmud, se debate su autoría con el filósofo judío y rabino Mosé ben Sem Tob, también conocido como Moisés de León o Moisés de Guadalajara. Este hombre fue un filósofo judío sefardí y también fue rabino. Establecido en su natal Guadalajara, realizó alrededor de veinticuatro escritos sobre la Cábala y en 1286 se dice que ya tenía concluida gran parte del Zóhar, incluyendo una versión distinta del Midrash. Moisés de León afirmó basarse en antiguos manuscritos del místico Shimon bar Yojai (siglo II), pues entonces era muy común entre los escritores judíos atribuir sus libros a autores clásicos.

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Hablemos de… (15 de 17) – La Cábala (1 de 3) – Introducción

Si queremos introducirnos en  el estudio de la religión judía es vital conocer que esta se estructura sobre tres pilares básicos: la Tora, el Talmud y la Cábala.

La Tora, que representa la ley judía, es la palabra por excelencia inspirada por Dios y está compuesta por los cinco primeros Libros de la Biblia, también conocido como Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

El Talmud complementa la ley escrita e interpreta los mandamientos a la luz de la evolución social, política y económica. Fue escrito entre los siglos II ac y VI dc Existen dos Talmudes: el Talmud de Jerusalén y el Talmud de Babilonia, siendo este último el más completo. El Talmud comprende dos libros, Mishná y Gemara, y cada uno de ellos trata de los siguientes temas: Seguir leyendo

Hablemos de…. (14 de 17) – El Tarot

El origen del Tarot se pierde en el origen de los tiempos. Ante la falta de pruebas concluyentes, muchos autores han preferido dejar volar su imaginación proponiendo hipótesis de todo tipo que involucran a los atlantes, los egipcios, los gitanos, los babilonios, los hebreos, los hindúes, los musulmanes, los albigenses, los benedictinos, etc. Sin embargo, la mayor parte de la literatura sobre este tema carece de documentación válida contrastada y se suele citar fuentes oscuras e incluso inexistentes. Seguir leyendo

Hablemos de…. (13 de 17) – La tetraktys pitagórica

 

Recomiendo a quien me lee la consulta de la obra de Arturo Reghini “La Tetraktys Pitagorica y El Delta Masonico” para ampliar conocimientos. No son muchas páginas, apenas una veintena. Aquí me limitaré a mostrar un pequeño esbozo de dicha obra por medio de un extractado del texto Seguir leyendo

Hablemos de…. (12 de 17) – Los tres puntos

Cuando se habla de los tres puntos, la mayor parte de los masones piensan en los que se incluyen en algunas firmas, debemos saber que la costumbre de colocar tres puntos bajo la firma de un masón no es tan antigua como se pueda pensar. Aparece por vez primera el 12 de Agosto de 1774 en una circular del Grande Oriente de Francia en la que se comunica un nuevo valor de la anualidad y la mudanza del local. Si bien es cierto que el masón debe sentirse orgulloso de usar los tres puntos en su firma, esto no constituye una obligación, considerando que habrá ciertos casos en los que por razones políticas, profesionales, familiares, etc, el masón puede tener la necesidad de no manifestar abiertamente su condición. Y hemos de tener en cuenta que la persona que usa los tres puntos en su firma no tiene porqué ser necesariamente un masón; puede hacerlo por casualidad o porque lo ha visto y le ha gustado sin conocer el trasfondo de la cuestión.

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Hablemos de…. (11 de 17) – El número 3 en masonería

El número UNO representa en Masonería al Gran Arquitecto del Universo y no nos es posible comprenderlo; el ser humano solo puede comprender por comparación, por medio de la dualidad, motivo por el cual aparece o surge el DOS. Sin embargo, de esta compresión surge “una solución” a los contrarios, se GENERA un tercero. Por lo que podemos decir que el número tres es fruto de la generación y nos permite intuir al Gran Arquitecto Del Universo, al creador y generador de todas las cosas. Es por medio del tres que comprendemos al Creador. Seguir leyendo

Hablemos de…. (10 de 17) – La línea recta

Cuando el punto se mueve genera una línea. Y, como todos sabemos también, la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. La recta puede extenderse hasta el infinito ya que siempre es posible colocar otro punto más alejado de los dos inicialmente empleados. Desde este punto de vista, los extremos de la recta representarían a los dos infinitos que muchos asocian con el comienzo del Universo y su final. A lo largo de la recta, pues, cada punto es un paso en el tiempo. Lagvanini lo expresa con las siguientes palabras: “la línea recta es el emblema de la vida individualizada, nacida de la Unidad del Ser, así como de todo movimiento o paso del punto en una infinita sucesión de puntos, que caracterizan el Espacio, o de la Eternidad en la infinita sucesión de momentos que forman el Tiempo, tal como lo concebimos ordinariamente.” 

En masonería la línea recta sirve para expresar nuestro progreso pues en el avance pasamos de la vertical a la horizontal; es decir, desde la plomada que representa al 2º Vigilante y, por ello, a los aprendices; hasta el  nivel que representa al 1º Vig y, por extensión, a los compañeros.

Ahora bien, el hermetismo nos habla de polaridad como uno de los principios fundamentales. La recta, permite representar dicha polaridad ya que podemos marcar un punto y, a partir del mismo, ir en una dirección o en la contraria. Así, por ejemplo, en una escala de temperatura podemos marcar el cero y así luego decidir que en un sentido el calor va en aumento y en el otro cada vez nos enfriamos más.  Recuerda el principio de polaridad que define el Kybalion en los siguientes términos:

“Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse

Siguiendo con su interpretación hermética podemos decir que la línea vertical representa la conexión entre lo alto y lo bajo, con lo cual se hace vehículo del cumplimiento del axioma hermético “Como es arriba es abajo…” es un conector de planos, por lo que mágicamente es usado para representar el descenso de las fuerzas. Pero el axioma también nos dice “…así como lo que es abajo es arriba” por lo tanto este símbolo también representa el ascenso de las fuerzas que se han hecho descender una vez que su presencia no es requerida. Aquí la línea vertical pasa de ser un simple símbolo a ser un vector (es decir, tiene largo, dirección y sentido).

La línea horizontal nos habla de las energías en su modo pasivo, representa la inacción, puesto que el movimiento horizontal implica no cambiar su estado, fluir en un mismo nivel, ni subiendo ni bajando.

Es la línea del horizonte, donde todas las cosas quedan a la altura de nuestros ojos, es decir, en nuestro propio nivel. A diferencia de la línea vertical que es activa y desplaza en niveles, esta línea mantiene las cosas siempre en un mismo alcance.

La perfección se logra por lo tanto en el cruce de ambas líneas y muchas escuelas de misterios lo representan con el símbolo de la cruz situando al Ser humano en el cruce. La escuela Rosacruz, por ejemplo, representa esto situando la rosa en el punto de cruce e identificando esta con el corazón y el espíritu humano.

René Guenon, en su obra “El simbolismo de la Cruz”, editado en 1931, nos dice al respeto de la misma y su relación con las líneas horizontales y verticales lo siguiente:

La mayoría de las doctrinas tradicionales simbolizan la realización del «Hombre Universal» por un signo que es por todas partes el mismo, porque, como lo decíamos al comienzo, es de aquellos que se vinculan directamente a la tradición primordial: es el signo de la cruz, que representa muy claramente la manera en que esta realización se alcanza por la comunión perfecta de la totalidad de los estados del ser, armónica y conformemente jerarquizados, en expansión integral en los dos sentidos de la «amplitud» y de la «exaltación». En efecto, esta doble expansión del ser puede considerarse como efectuándose, por una parte, horizontalmente, es decir, en cierto nivel o grado de existencia determinado, y por otra, verticalmente, es decir, en la superposición jerarquizada de todos los grados. Así, el sentido horizontal representa la «amplitud» o la extensión integral de la individualidad tomada como base de la realización, extensión que consiste en el desarrollo indefinido de un conjunto de posibilidades sometidas a algunas condiciones especiales de manifestación; debe entenderse bien que, en el caso del ser humano, esta extensión no está limitada de ningún modo a la parte corporal de la individualidad, sino que comprende todas las modalidades de ésta, puesto que el estado corporal no es propiamente más que una de estas modalidades. El sentido vertical representa la jerarquía, indefinida también y con mayor razón, de los estados múltiples, cada uno de los cuales, considerado del mismo modo en su integralidad, es uno de estos conjuntos de posibilidades, que se refieren a otros tantos «mundos» o grados, y que están comprendidos en la síntesis total del «Hombre Universal» 1. En esta representación crucial, la expansión horizontal corresponde pues a la indefinidad de las modalidades posibles de un mismo estado de ser considerado integralmente, y la superposición vertical a la serie indefinida de los estados del ser total.”

 

Entrega anterior: Hablemos de…. (9 de 17) – La dualidad

Próxima entrega: Hablemos de  (11 de 17) – El número 3 en masonería

NOTAS

Hablemos de…. (9 de 17) – La dualidad

No es posible bañarse dos veces en el mismo rio,
pues el agua se encuentra en continuo movimiento.

 

Cuando hablamos del Uno dijimos que el hombre no puede comprender su grandeza ya que solo le es posible aprender y entender por comparación. Dicho de otra manera, el dos, la dualidad, es necesaria. Ya en el Primer Libro de Moisés llamado Génesis, en el capítulo I, nos dice que Dios separó la Luz de las Tinieblas el primer día de la creación; el segundo separó el Cielo de la Tierra, y en la Tierra, separó el agua de la Tierra seca. Después del séptimo día, en el Jardín del Edén, hizo brotar el árbol de la ciencia del Bien y del Mal; con barro formó al Hombre y, viendo que no era bueno que el Hombre estuviese solo, de una de sus costillas, creó a la Mujer. En todo momento se crea todo de manera dual para que el Ser Humano pueda comprender. Seguir leyendo